David Baerten, de 45 años, es un creador de contenido que se hace llamar Ragnar le Fou en la red. Ahora ha logrado hacerse viral tras fingir su propia muerte y reaparecer en su propio funeral, aterrizando en un helicóptero cuando estaban a punto de sacar su ataúd del coche fúnebre.
Lo orquestó todo con su mujer e hijos como cómplices, para gastar una broma a sus seres queridos y ver quién se preocuparía realmente por él. Y por tener más seguidores, que nadie lo dude, aun a costa de hacer pasar un mal rato a unos amigos que veremos si lo siguen siendo a partir de ahora. Es la locura por los likes y las suscripciones que en Roma, por ejemplo, ha costado la vida a un niño en un accidente de coche. Un grupo de influencers no tuvieron mejor idea que conducir un coche de alta gama 50 horas seguidas cambiando de asiento.
En esto caso, al menos sus hijos y su mujer eran conscientes del engaño. De hecho, su hija publicó un post en sus redes sociales en el que daba el supuesto último adiós a su padre y dedicaba unas emotivas palabras en su homenaje. “Descansa en paz papi. Nunca dejaré de pensar en ti. ¿Por qué la vida es tan injusta? ¿Por qué tú? Ibas a ser abuelo, y aún tenías toda la vida por delante”, escribió su hija en sus redes sociales.
Lo cierto es que nadie sospechaba de la broma macabra que tramaba David Baerten y tampoco pusieron en duda si en verdad había muerto, pues con una noticia de tal calibre no podrían imaginarse que, en verdad, se tratase de una broma. Saludos a todos, bienvenidos a mi funeral”, dijo David, según The Times. Mientras su familia, visiblemente impactada, corrió a abrazarlo, otros parecían confundidos por la broma.
Sin embargo, el falso funeral no fue bien recibido por sus 162.000 seguidores, quienes calificaron la broma como “cruel”. El hombre se vio obligado a dar una explicación sobre lo ocurrido a sus seguidores y contó que el objetivo de la broma era enseñarle a su familia a mantenerse en contacto y estar unidos.
“Lo que veo en mi familia a menudo me duele. Nunca me invitan a nada. Nadie me ve. Todos nos distanciamos. No me sentí apreciado. Es por eso que quería darles una lección de vida y mostrarles que no deben esperar hasta que alguien esté muerto para reunirse con ellos”, aseguró el tiktoker.
Baerten no quedó muy impresionado con la asistencia de personas a su propio funeral, ya que solo la mitad de su familia fue al entierro. “Eso demuestra quién realmente se preocupa por mí”, dijo. Más tarde aclaró que aquellos que no vinieron, contactaron con su familia.
Su falso funeral generó todo tipo de repercusiones en las redes sociales. Algunos de sus seguidores señalaron que fue una lección valiosa para sus seres queridos. Mientras que otros no quedaron conformes con su engaño y dijeron que fue una broma de mal gusto.
Un anciano chino también fingió su funeral el pasado mes de marzo, así que parece que se está creando una tendencia y no nos podremos fiar ya ni del anuncio de lo inevitable, el extremo de la fake news. El hombre, de 84 años y apellidado Zhang quería saber si alguien le iba a echar de menos el día que falte. Zhang, se gastó el equivalente a 2.900 dólares en un desfile funerario por su pueblo en la provincia de Anhui (este) Más de cien personas apenadas por su muerte, se congregaban en la casa del anciano para un banquete.
Un rato después, se abrió paso una procesión que durante tres horas recorrió las calles de la localidad. Para sorpresa de todos, el protagonista iba sentado sobre un ataúd rojo, transportado en un camión, desde el que se dedicó a saludar a su paso a los estupefactos viandantes.
El hombre explicó que tuvo la idea después de comprar un féretro en previsión de su muerte, ya que "se siente muy solo" desde que su esposa falleció hace dos años y sus hijos, ya adultos, se mudaron lejos. Zhang consideró que organizar su funeral en vida le mantendría "entretenido y contento", y aseguró que había merecido la pena gastarse el dinero en ello porque "lo disfrutó mucho". Las autoridades locales no se lo tomaron a la ligera y consideraron que el desfile funerario "faltó al respeto a la tradición y a los muertos", por lo que abrió una investigación. Para morirse, vamos.