¿Se está vengando la orca Gladis después de haber sido herida? ¿Ha formado una banda a la que ha enseñado a intimidar a los veleros o yates de lujo? Los expertos no salen de su asombro con el comportamiento de la orca más famosa del mundo, reina de internet. Gladis es la líder de 15 orcas que se han convertido en virales y que han provocado ya más de 50 incidentes en lo que va de año con barcos, preferiblemente yates de lujo, que han provocado ya que se las considera una banda a lo Robin Hood de los mares.
Estos enfrentamientos se producen desde el año 2020, cuando las orcas comenzaron a manifestar un comportamiento disruptivo ya que las orcas establecieron de forma consciente y premeditada contacto físico con los barcos, provocando temor entre los navegantes del Estrecho de Gibraltar.
La avalancha de memes en redes sociales ha contribuido a contribuir la imagen de la orca como una ballena asesina y vengativa, que ataca de forma intencionada para hacer daño a las embarcaciones. El biólogo de la Sociedad Oceánica del Golfo Norte, Dan Olsen, fue de los primeros en desatar la fiebre de que Gladis en realidad ataca de forma consciente y ha enseñado a una banda de orcas más jóvenes para que la imiten y se defiendan. "Cuando empezó a ocurrir, pensé que tal vez una hembra o su cría habían sido heridas por la hélice o el timón de un barco, porque siempre parecen ir a por el timón. Y todo en veleros", declaró el experto a la revista National Geographic.
Pero, en el mismo artículo el experto, cauto, también sugería la posibilidad de que ese comportamiento correspondiera a una "moda" o especie de juego, ya que en ocasiones anteriores los investigadores han observado a las orcas jugando con medusas o trozos de algas e incluso golpeando, a modo de juego, a pequeñas alcas". La venganza, al estilo Tiburón, tal y como popularizó Spielberg, vende, pero no tiene por qué ser la única explicación de este fenómeno.
El biólogo cognitivo Antonio Osuna Mascaró, perteneciente al Messerli Research Institute de Viena tampoco descarta que el comportamiento en un primer momento estuviese motivado por un sentimiento de venganza, algo que "existe y es muy común en la naturaleza, especialmente entre primates, y la orca tiene un nivel cognitivo muy alto, comparable al de los primates".
Eso sí, estas reacciones "ocurren poco tiempo después, por lo que aquí estaríamos hablando de una venganza inicial que se ha mantenido en el tiempo convertida en una tradición cultural, tal vez identificada como un juego por otras orcas". "Uno de los cetáceos adultos pudo tener una mala experiencia con un barco, y eso puede haber desencadenado un comportamiento agresivo, y los jóvenes han querido continuar después con esa costumbre simplemente por el hecho de que son animales muy culturales y van a imitar lo que hagan otros. La orca no tiene por qué tener ninguna mala intención", señala Osuna Mascaró.
La historia de Gladis y su banda, pese a todo, es anómala y por eso ha provocado artículos en revistas especializadas. De hecho, la revista Marine Mammal Science, analizaba con precisión cada uno de los ataques de la banda de Gladis: en ellos participaban ballenas en dos grupos: un trío, a veces un cuarteto, de juveniles; y un grupo de edad mixta liderado por una hembra madura. Sí, hablamos de Gladis. No todos los expertos, desconcertados, opinan igual. "Es igual de razonable sugerir que lo hacen porque pueden, porque es divertido", afirma Hanne Strager, cofundadora del Centro de Ballenas de Andenes (Noruega) y autora del libro The Killer Whale Journals (Los diarios de las orcas), según relata National Geographic.
En lo que va de 2023, la organización Orca Atlántica ha detectado hasta 53 interacciones en el área del estrecho de Gibraltar: en 12 se han registrado daños en los barcos y 31 han correspondido a avistamientos. Una cifra mayor que otros años en la misma época, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones. El modus operandi de los contactos sea similar: golpear desde la popa el timón preferiblemente de barcos de vela.
"Se acercan al barco sigilosamente, en muchas ocasiones sin que los tripulantes se percaten; lo examinan con detalle, con curiosidad, y se sitúan debajo del bote. Empiezan a tocarlo y a golpear el timón con la cabeza para girarlo y lo pueden llegar a romper con un movimiento de palanca. “Saben que así gira la embarcación y que la pueden dirigir”, ha explicado respecto a este tema Alberto López, biólogo marino y vocero del grupo Orca Atlántica.
Pero hay un dato que confunde a todos. Las interacciones se han producido con barcos desde cinco hasta 38 metros de longitud. En el caso de las más pequeñas si la intención hubiera sido destruirlas lo hubieran hecho. Y tampoco hacen daño a los humanos. Como ha señalado en diversas publicaciones el propio Alberto López, las orcas del estrecho de Puget, en Estados Unidos, llegaron durante un tiempo a ponerse un salmón muerto en la cabeza a modo de sombrero y abandonaron el hábito mes y medio después". ¿Por qué lo hicieron? Nadie lo sabe.
Si un velero o yate se cruza en el camino de una orca, el protocolo de actuación para navegantes del Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOT) señala que lo más prudente es bajar la velocidad, parar el motor y no mover el timón. Porque este parece ser el elemento de las embarcaciones que más las estimula. Los expertos alertan que las orcas suelen mostrar un comportamiento competitivo, y si los barcos aumentan la velocidad ellas hacen lo mismo, como si trataran de ganar una carrera. Disminuir la velocidad puede provocar que las orcas pierdan el interés y se alejen. No se recomienda, pese a que no han atacado nunca a los humanos, hacer ruidos mientras estén cerca ni sacar el cuerpo de las embarcaciones, porque cualquier movimiento de las orcas podría ser fatal. Con todo, ¿cuánto durará este acoso de Gladis y su banda a los veleros? Nadie lo sabe. Tal vez, solo Gladis.