Así es la dieta de Tamara Falcó en la Buchinger para adelgazar: método, precio y resultado
La marquesa confirma que planea volver a ingresar en la famosa clínica de Marbella, que también visita su madre, para adelgazar antes de la boda
Ya lo hizo hace siete años, cuando engordó 20 kilos por un problema de tiroides, y logró perder la mitad
Una paciente cuenta a NIUS su experiencia y el tratamiento de ayuno que siguió, con el que adelgazó 9 kilos en tres semanas
Una vez que Tamara Falcó ha resuelto ya el problema del vestido de novia -las pruebas con Carolina Herrera "están siendo maravillosas", contó ayer- la marquesa de Griñón tiene otro reto a solo seis semanas de su boda con Íñigo Onieva: perder el peso ganado en los últimos meses para recuperar su figura de cara al día más importante de su vida, el 8 de julio en el palacio El Rincón.
Sálvame avanzó la decisión de Tamara de ingresar en un centro especializado para adelgazar de 8 a 10 kilos en tres o cuatro semanas. Se trata de la famosa clínica Buchinger Wihelmi de Marbella, a la que su madre, Isabel Presyler, acude todos los veranos para hacerse tratamientos de desintoxicación física y mental basados en el ayuno terapéutico.
Su hija Tamara también la visita ocasionalmente este centro, al que ya recurrió en 2016 cuando también sufrió un repentino aumento de peso, entonces a causa de un problema de tiroides:
Tamara confirma su plan, "sin un objetivo concreto de kilos"
La hija de Isabel Preysler debió quedar satisfecha con su primera experiencia, y es normal que quiera repetir ahora, ya que su objetivo inicial era perder un número de kilos similar al de entonces -de 8 a 10- y en el mismo plazo de tiempo (tres semanas). Según ha contado Aurelio Manzano en Fiesta (Telecinco), Tamara le confirmó que ingresaría en la Buchinger, "pero no se marca un objetivo concreto de kilos", que podría ser inferior al mencionado. En declaraciones anteriores, la influencer aseguró que recientemente había engordado 14 kilos, aunque ahora asegura que se siente en su "normopeso" y que no tiene intención de perder exactamente 10 kilos ni estar tres semanas. "Haré lo mismo que en verano, solo que con otro timing", ha dicho a Vanitatis.
Comienza así la cuenta atrás para su particular “operación bikini”, ya que solo faltan 44 días para su boda, y las fotos con su vestido de Carolina Herrera para la revista ¡HOLA!, con la que ha firmado la exclusiva, se realizarán una semana antes para que puedan publicarse al tiempo del enlace.
Así es el tratamiento de Tamara
Una amiga y lectora de NIUS, María (52 años), ingresó hace unos años en la clínica Buchinger para someterse a un tratamiento similar al que seguirá Tamara Falcó, y nos ha contado su experiencia. En su caso, siguió el método de ayuno terapéutico -la especialidad de la clínica- con el que perdió 9 kilos en 21 días.
Qué es y en qué se diferencia del ayuno intermitente
El ayuno terapéutico es la base de los tratamientos en la Buchinger Wihelmi. El método diseñado por el fundador de la clínica, el Dr. Alemán Otto Buchinger (1878-1966), atrae a clientes adinerados de todo el mundo, que buscan un sitio donde desconectar para poder adelgazar, o simplemente mejorar su salud, como es el caso de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. El Nobel de Literatura definió este lugar como el mejor sitio “para curarse física y mentalmente”.
A diferencia del ayuno intermitente, donde se elimina una de las comidas del día, convirtiéndolo en una rutina diaria o estilo de vida, y con un periodo máximo recomendado de ayuno de 24 horas, en el ayuno terapéutico solo se ingiere alimento líquido durante varios días, normalmente tres semanas.
Otra diferencia es que el ayuno intermitente puede realizarse de forma individual desde casa, mientras que el terapéutico solo se recomienda hacerlo en un entorno controlado, con supervisión médica y adaptado a las necesidades de cada uno, como es el caso de la Buchinger
¿Cuánto cuesta?
La clínica cuenta con varios tipos de habitaciones, que oscilan desde los 345 euros de una habitación standard a los 1.600 por noche en las suites de lujo, la que probablemente contratará Tamara:
El cliente puede optar por distintos planes. El original y más recomendado es el de ayuno de 21 días (entre 6.000 y 30.000 euros), que incluye 1 día de preparación, 16 de ayuno y 4 de readaptación.
Por la mitad de precio se puede optar por el tratamiento express y más asequible, de 10 días -por el que se decantará Tamara-, con 1 día de preparación, 6 de ayuno y 3 de readaptación. También hay otras opciones como la de 14 días, lo que llaman la “esencia del ayuno terapeútico”, y otro más completo de 28 días.
¿En qué consiste la dieta?
“Lo primero que te hacen es una analítica de sangre para verificar que eres apto para realizar el ayuno, y asegurarse de que no hay ningún déficit o patología, como puede ser una anemia o un problema de hígado, que ponga en riesgo tu salud”, nos cuenta María.
Una vez dan el visto bueno, y comienza el tratamiento, el primer día “te dan unas sales laxantes para vaciar el aparato digestivo y una limpieza de colon, en este caso opcional".
A partir de ahí comienzan los 16 días de ayuno ininterrumpido, con una dieta restringida de 250 calorías diarias, basada únicamente en caldos de verduras y zumos ecológicos recién exprimidos, como pera o albaricoques.
También te permiten tomar todo el agua mineral que quieras, además de infusiones. El alcohol y las bebidas gaseosas están, lógicamente, prohibidas. “Allí sobrevives a base de agua e infusiones, a veces con una cucharadita de sal y pimienta”, recuerda.
Este ayuno extremo solo es para aquellas personas con sobrepeso. "A quien no pueda o no desee ayunar, la cocina ovo-lacto-vegetariana del centro le ofrece, desde una dieta hipocalórica de 800 kilocalorías, hasta un menú integral de 2.000", explican también en la web de la Buchinger.
¿Cómo reacciona el cuerpo? ¿Se pasa hambre?
El ayuno es muy agresivo para el organismo, por lo que “te ponen una especie de compresa caliente en el hígado, el órgano que más sufre durante estos días”.
María, acostumbrada a hacer dietas toda su vida, nos cuenta que “nunca" pasó realmente hambre, "solo los tres o cuatro primeros días, porque engañas al cuerpo con las infusiones y el agua, y no paras de hacer cosas si eres activo". "Es increíble cómo el cuerpo se acostumbra a no comer”, añade. Recuerda que solo sintió cansancio y “algún mareo en los primeros días, que es cuando te baja la tensión, pero luego, me sentía infinitamente más activa, ligera y lúcida sin comer”.
Primer alimento sólido en el día 18
Es a partir del día 18, hasta el 20, cuando les permiten comer el primer alimento sólido, introduciéndolo poco a poco y de manera progresiva. “Recuerdo que lo primero que me dieron fue una pasta de avena, pasando después a otros platos muy ligeros como hojas de endivia con salsa de yogur, rodajas de limón y jengibre o pastel de verduras, condimentados a base de paprika".
El equipo médico pesa todos los días a los clientes antes de desayunar para ir monitorizando su evolución. Además, los pacientes tienen a su disposición un vídeo diario de la co-directora de la clínica, Katharina Rohrer-Zaiserde, biznieta del fundador, Otto Buchinger, donde les va informando de todos los cambios que experimenta el cuerpo con el ayuno, para que vean que todo lo que le ocurre es normal.
La proteína solo está permitida a partir del último día, “siempre pescado, ya que aquí no hay nada de carne, es un sitio totalmente vegetariano”, y también una ligera ingesta de hidratos de carbono.
¿Cuánto se suele adelgazar?
María perdió 9 kilos en 21 días, de los 75 con los que llegó. “Los hombres adelgazan mucho más que las mujeres, algunos llegaron a perder 16". Esto es normal. "Las enfermeras nos decían que no nos deprimiéramos si viéramos que perdíamos menos peso que ellos, comiendo lo mismo, ya que los hombres bajan el doble, debido a las diferencias hormonales”.
Antes de abandonar la clínica, les recomiendan seguir un “plan de adaptación progresiva a tu rutina de alimentación en casa, para evitar el efecto rebote y posibles problemas de salud”. También, les entregan una especie de diploma, un documento que acredita que el paciente "ha realizado un ayuno terapéutico con compromiso personal durante 21 días".
El ayuno no es solo para adelgazar
La pérdida de peso solo es uno de los objetivos del ayuno. Muchas personas que lo practican, como es el caso de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, están delgados, pero acuden por otros beneficios para su salud, como restaurar el equilibrio físico y mental, haciendo descansar a tu sistema digestivo, depurando el intestino y aumentando la vitalidad y la paz emocional, como ha expresado el escritor de La ciudad y los perros en entrevistas sobre su visita a este centro.
El retiro de tres semanas servirá también a Tamara para desconectar de todas las tensiones que está viviendo por los contratiempos y preparativos de su boda. "Es el plan perfecto para lo que ella quiere", opina María. En su caso, no solo adelgazó, su motivación principal, sino que también le sirvió para “resetear la mente”. “Conseguí despejar las tensiones y preocupaciones con las que llegué, porque el contexto, el estar aislada de tu gente, desconectada de la tecnología y en contacto con la naturaleza”, es favorable no solo para el ayuno, sino también para el sosiego y la introspección, "para olvidarte de todo durante tres semanas”.
Íñigo Onieva no podrá acompañar a Tamara en este reto. Aunque también van parejas, desde el centro se aconseja "venir solos porque es un camino hacia ti mismo, unas vacaciones de paz y tranquilidad", explicaba en una entrevista Katharibna Rohrer-Zaiser.
En este caso, la marquesa irá acompañada de su madre, Isabel Preysler, han dicho en El programa de Ana Rosa.
Actividades complementarias para reforzar los resultados
Se recomienda, aunque no está prohibido, no usar el móvil, iPad o ver televisión, pero para matar el aburrimiento, disipar las ganas de comer, o potenciar los resultados del proceso, el centro pone a disposición de sus clientes todo tipo de actividades complementarias y deportes al aire libre, como sesiones de Yoga, Pilates, hidroterapia en piscina, osteopatía, masajes, conferencias sobre el ayuno y vida sana, clases de cocina o excursiones por los alrededores de Marbella. Algunas, como los masajes o la contratación de un entrenador personal, son con coste adicional.
¿Qué otros famosos han ido a la Buchinger?
La clínica Buchinger llegó a España en 1973 y se hizo muy popular en los años 80 gracias a Carmen Sevilla (92 años), cuando la actriz acudía cada verano para perder peso, fotografiándose en sus instalaciones con jardines y piscinas.
Por aquella época fue cuando la descubrió Mario Vargas Llosa. El escritor peruano de 87 años es desde entonces un cliente habitual y le contagió su "adicción" a Isabel Preysler (72), que iba con él todos los veranos, la última el pasado agosto de 2022, hasta que rompieron cuatro meses después. Entonces les acompañó también Tamara.
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa se convirtieron en el principal reclamo de la Buchinger y el ayuno terapéutico, pero no son las únicas celebridades que lo han probado. Según un reportaje que le dedicó Vanity Fair, algunos de sus clientes más ilustres, además de Carmen Sevilla, han sido Sean Connery, Cristina Onassis, Isabel Sartorius, Juan Luis Galiardo, Brian Ferry, Max Frisch, Manuel Vázquez Montalbán, Jesús Gil, Chenoa e Isak Antic.
Así descubrió el ayuno el creador de la Buchinger
Según el creador del método, Otto Buchinger, el ayuno terapéutico es un programa de desintoxicación intensiva que ayuda a prevenir y curar enfermedades físicas y psíquicas, al forzar al organismo a vivir durante un tiempo limitado de sus reservas de grasa, perdiendo peso y depurándose a sí mismo.
Otto Buchinger nació en 1878 en Darmstadt (Alemania). Estudió Medicina en contra de los planes de su padre, un funcionario que prefería que su hijo se hubiera dedicado al Derecho.
En 1917, con 39 años, sufrió una artritis reumática grave provocada por una sepsis que le obligó a dejar su trabajo, y fue entonces cuando descubrió los beneficios del ayuno, al practicarlo durante 19 días. En 1935 publicó el libro El ayuno terapéutico, y en 1953, fundó con su hija María y su yerno Helmut Wilhelmi una clínica en la localidad de Überlingen, en el lago de Constanza. María y su marido abrieron más tarde la Clínica Buchinger de Marbella en 1973, dirigida hoy en día por una cuarta generación de la familia, los biznietos del fundador Leonard Wilhelmi, Victor Wilhelmi y Katharina Rohrer-Zaiser.