Costumbres españolas en los hogares que extrañan a los ciudadanos extranjeros: seguimos teniendo bidés
Muchas costumbres españolas, como la de tener todavía un bidé en el baño, sorprenden a los extranjeros
En países europeos tampoco es tan habitual el uso de teléfono fijo en casa o de persianas en las ventanas
Los forasteros se sorprenden por lo mal hablados que somos, pero las palabrotas es lo primero que aprenden
Emily, una influencer de Estados Unidos, publicó hace pocas semanas un vídeo, que se hizo viral en redes sociales, en el que destacaba qué es lo que más le gusta de España en comparación con su país. Más recientemente, el vídeo de una tiktoker española también corrió como la pólvora en Internet tras lanzar una opinión impopular sobre la ciudad de Nueva York.
Y es que, gustos aparte, existen una serie de costumbres domésticas en nuestro país que no pasan desapercibidas y llaman la atención de los ciudadanos extranjeros. La primera de ellas es que, pese a que tienen muchos detractores y están en claro desuso, los bidés son un elemento común en una buena cantidad de cuartos de baño de los hogares españoles.
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Costumbres españolas que sorprenden a los extranjeros
Muchas viviendas en nuestro país aún cuentan con un teléfono fijo, utensilio que ha ido desapareciendo en países europeos y en Estados Unidos, donde, según indican desde la web 'El Mueble', más de la mitad de las casas ya no lo tienen. Aunque en España nos resistimos a eliminarlo, la mayoría de las familias al menos emplean ya uno inalámbrico.
En contraposición a lo que nos enseñó en su día Bego 'La Ordenatriz' o la japonesa Marie Kondo, aunque esta última reconoció posteriormente que cambió su método puesto que la perfección es imposible cuando se tienen niños, los españoles somos unos fenómenos a la hora de acumular y almacenar, en los armarios repartidos por casa, ropa y complementos viejos, fuera de temporada o que no nos sirve.
Otra de las costumbres que más sorprenden fuera de nuestras fronteras (en esta ocasión para bien) es sobre un alimento que hace las delicias de cualquiera a la hora de almorzar, cenar y, por qué no, también desayunar. Se trata de la tortilla de patatas, con o sin cebolla, y sobre cuya temperatura ideal de consumo nos aconsejó la ciencia.
En cuanto a la alimentación, destaca que usamos aceite de oliva y el consumo diario de pan pese a que no haya un guiso en nuestro plato. En otros países, utilizan mantequilla para freír o incluso para embadurnar los bocadillos y aliñan las ensaladas con todo tipo de salsas. Eso sí, el aceite de oliva está cada vez más extendido y elogiado por los consumidores.
Según subraya Txell Huguet, de 'El Mueble', en España es habitual que la lavadora ocupe un espacio en la cocina o en el baño, y sólo en los hogares más amplios y con más metros cuadrados suele encontrarse en una estancia independiente. En muchos países de Europa, los edificios tienen una zona de lavado comunitaria.
Mención también merecen las persianas, más extrañas en las ventanas de otros países del continente. Pero claro, hay un motivo objetivo: España es el país de Europa con más horas de luz natural a lo largo del año. Además de aportar intimidad, las persianas ayudan a regular la entrada de los rayos solares.
Algo habitual en nuestro país y no tan común en otros es que en las casas (y fuera de ellas) celebramos todo junto a familiares y amigos. Tenemos fama, bien ganada, de ello: Carnaval, Semana Santa, Fallas, Feria de Abril, Sanfermines, etc. Como se dice coloquialmente, nos apuntamos a un bombardeo. Y más si se trata de alguna fiesta.
Por último, señalar que si por algo también sorprendemos a los forasteros es por lo mal hablados que somos, además de un poco escatológicos. En otros países no está nada bien visto. Aunque tienen palabras malsonantes, las palabrotas en España son a veces una coletilla más de la conversación. Eso sí, son los primeros términos que aprenden quienes vienen de fuera y se interesan por hablar o al menos chapurrear nuestro idioma.