Beatriz Flamini, deportista de élite que ha salido hoy de una cueva de Granada en la que llevaba aislada casi dos años, ha batido el récord de permanencia en una cueva, superando así a la italiana Christine Lanzoni, que en 2007 pasó 269 días dentro de un laboratorio subterráneo. Para Beatriz, deportista de élite acostumbrada a retos de autosuficiencia, este ha sido su mayor hito que ella misma describe como "excelente e insuperable". Sin embargo, para las personas que han seguido esta experiencia, Beatriz es como una superheroína digna de admiración y de respeto. Por tanto, muchos se preguntan la compensación económica que tendrá la alpinista por haber logrado batir el récord Guinness, pues todos están de acuerdo en que 500 días corriendo riesgos de salud, debería estar bien premiado.
Como es obvio, batir un récord Guinness requiere de un talento especial que lleve a lograr algo que jamás nadie había logrado antes, o en el caso de Beatriz, a superar al último que lo consiguió. En este caso, el récord ha sido mucho más que complicado. Casi dos años sin ver la luz del sol, sin contacto con el exterior, 60 libros leídos y 1.000 litros de agua consumidos.
Y es que a pesar de todo el esfuerzo, lo cierto es que batir un récord Guinness no tiene ningún tipo de compensación económica, el premio que se recibe es el reconocimiento, la entrada en el Libro Guinness de los Récords y la satisfacción por el trabajo realizado. En el propio de reglamento de la institución se especifica que quienes superan un récord existente, así como quienes realizan un nuevo récord, no cobran nada.
"Como autoridad incomparable en el mundo registrando récords mundiales, nuestra función es celebrar lo mejor del mundo, inspirar a todas las personas, entretener e informar. Por esas razones, no pagamos a quienes rompen el récord por sus logros o por realizar una tentativa oficial de título de récord. Tampoco podemos cubrir ningún gasto, ofrecer patrocinio o proporcionar equipo para la realización de ningún intento oficial de récord. Además, no realizamos contribuciones a individuos, organizaciones benéficas o empresas. Lo anterior, para mantener nuestra postura imparcial como autoridad mundial en registro de títulos de récord y asegurar la inclusión de todos los solicitantes", escriben.
Si bien es cierto, en la mayoría de los casos en los que se pretende batir un récord, los protagonistas suelen tener anunciantes o patrocinadores que financian su participación. Otro dato a tener en cuenta es que para obtener el certificado del Guinness World Records hay que pagar unos 450 euros.