La lavadora, un electrodoméstico casi omnipresente en todos los hogares, requiere una limpieza y un mantenimiento, que muchas veces por dejadez o desconocimiento podemos llegar a dejar de hacer. Esto puede conducir a que el aparato deje de funcionar correctamente e, incluso, se averíe.
Realizar ciertas labores de mantenimiento con la frecuencia adecuada puede ayudar a que la vida del electrodoméstico sea mayor y a que su objetivo, dejar la ropa limpia, se cumpla. Desinfectarla, en muchas ocasiones, es muy necesario para evitar la proliferación de moho y de malos olores en el electrodoméstico y en la ropa.
Una de las partes que podemos olvidar mantener es el cajetín, el lugar donde ponemos el detergente y el suavizante. En este sentido, la OCU aconseja dejarlo abierto tras los lavados para que se seque y evitar que aparezca moho. Además, recomienda limpiarlo periódicamente y sacarlo una vez al mes si pones la lavadora más de cuatro veces a la semana.
Para ello, explican, “con la lavadora desconectada, tira del cajetín hacia ti hasta que haga tope. Para poder sacarlo de su alojamiento, en algunas lavadoras deberás presionar una pestaña para extraerlo; en otras, basta con levantarlo tirando de la parte de atrás hacia arriba para que salga de su alojamiento”. Una vez extraído, se puede limpiar en el grifo, por ejemplo, con una bayeta o un cepillo de dientes.
Además, recuerdan que se debe limpiar también el compartimento donde se aloja el cajetín ya que pueden quedar restos de detergente endurecidos y taponar los conductos por los que circula el agua.