La lavadora se ha vuelto en uno de los electrodomésticos imprescindibles de nuestros hogares. Gracias a ellas, podemos tener nuestra ropa limpia, con buen olor y como nueva. Aunque muchos han decidido declararle la guerra por el medioambiente. Mantener la lavadora en buen estado es fundamental para evitar malos olores y que la ropa quede limpia, sobre todo la de los más pequeños de la casa, los niños, que son los que generalmente traen la ropa más sucia, ya sea barro o comida.
Algunas manchas son difíciles de quitar, lo que ha traído más de un quebradero de cabeza a los padres y madres. A lo largo de los años, las diferentes marcas de limpieza han ido diseñando y produciendo muchísimas soluciones para eliminarlas, pero a veces no se necesita más que un poco de esfuerzo y habilidad.
A pesar de que a lo largo de los años se han hecho virales muchos métodos, quizás el mejor lo tenían guardado las abuelas. Sabe más el diablo por viejo que por diablo. Durante generaciones, han utilizado un método que era infalible para las manchas, incluso las más difíciles que les cuesta un gran trabajo a las lavadoras -aunque sean las más modernas del mercado-, únicamente se trata de frotar hasta que estas desaparezcan. Además, también ayuda usar jabón de Marsella u otro tipo para que la suciedad se vaya de forma más rápida y evitar que los tejidos la absorban.
Así mismo, para hacer la tarea de frotar todavía más fácil, es fundamental la utilización de una pastilla de jabón como las de antaño -la tradicional, la de toda la vida- que además es más barata que muchos de los productos milagros que se anuncian y comercializan. Además, esta es fácil de adquirir, ya que suele estar disponible en una gran variedad de supermercados.
Con la pastilla y un poco de fuerza, conseguirás que tu colada quede reluciente, como si la hubieses comprado nuevamente en la tienda. Además, este método es muy recomendable e ideal para las prendas de los más pequeños, ya que es muy suave y no irrita su piel.