Marie Kondo, la gurú del orden, reconocía recientemente que tras la llegada de su tercer hijo ya no podía seguir el método que la hizo famosa: "Mi casa está desordenada”, admitía. Había descubierto que los hijos cambian las prioridades y eso la había llevado a ceder en su nivel de autoexigencia: “Hasta ahora, era una limpiadora profesional, así que hice todo lo posible para mantener mi casa ordenada en todo momento. Me he dado por vencida en ese aspecto, en el buen sentido. Ahora lo importante para mí es disfrutar del tiempo con mis hijos en casa”, confesaba.
"El problema es que Marie Kondo partía de un propósito inalcanzable", dice a NIUS la española Ohiane Cantabrana, la organizadora profesional conocida como Ordenatrix. "Es imposible que una casa, y menos con niños, esté ordenada las 24 horas. Ese nivel de perfeccionismo no es ni siquiera recomendable, porque te impide disfrutar. Hay que ser consciente de que mientras utilizas un objeto es normal que se desordene, y también el espacio donde se está usando. Con niños aún más, porque no paran quietos y son capaces de sacar decenas de cosas en apenas unos segundos".
Una realidad contra la que es imposible luchar. "Pero que no podamos mantener el orden en todo momento no significa que una casa con hijos no pueda estar ordenada", apostilla Ohiane, que propone algunas claves para conseguirlo.
No hay que tirar la toalla. Tener la casa ordenada con hijos es posible. "Es aún más necesario que cuando vivimos solos, porque al ser más de familia es necesario que todo el mundo sepa dónde están las cosas, porque si no el día a día se puede convertir en una auténtica locura", apostilla Cantabrana.
"Para mi lo más importante es que el que el orden se visibilice como una tarea más del hogar, al igual que es una tarea hacer la cama por la mañana, limpiar los cacharros o ir a la compra, el orden debe aparecer en la lista de quehaceres del hogar que compartimos con nuestra pareja o con los convivientes. El problema es que casi nunca aparece y ese es uno de los principales fallos que se cometen.
Añade la especialista que para ordenar un hogar con hijos lo importante es seguir tres pasos:
"Es importante saber que viviremos diferentes épocas según la edad de los niños. Las necesidades cambian mucho, y así lo harán sus objetos y la organización de sus espacios", indica Cantabrana, "cuando son bebés, por ejemplo, compramos miles de objetos que solo van a usar durante uno o dos años, como mucho. Ese es otro tema esencial para terminar con el desorden, acabar con el ansia consumista", propone.
"Si tienes un zapatero que en el que te entran 20 pares de zapatos, a mí no me puedes pedir que te meta 25, porque soy organizadora profesional, no maga", destaca. "Entonces si quieres un nuevo par tendrás que hacerle sitio desprendiéndote de alguno que ya tengas. Ese cambio de mentalidad en los hábitos de consumo es esencial", recalca. Y una de las técnicas que podemos poner práctica para regular nuestro nivel de consumo es que cada vez que estemos a punto de comprar algo nos preguntemos estas cuestiones:
"La fórmula para vivir en una casa en orden teniendo niños es prioriza, simplifica y disfruta. Lo primero es estar con tus hijos y tu familia, y después, como una tarea más del hogar, ordena. Es posible", concluye Ohiane Cantabrana.