El 17 de enero, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) ha alertado de un aumento de los casos de tiña en el cuero cabelludo de adolescentes y jóvenes. No se trata de un problema repentino, sino de un brote que viene dándose desde 2021.
Tal y como señalan los dermatólogos, este brote guarda relación con el corte de pelo degradado o rasurado siempre y cuando se utilicen maquinillas eléctricas infectadas. “Es probable que el material de rasurado contaminado se esté compartiendo entre los diferentes clientes de algunas las peluquerías que no estarían teniendo en cuenta las normas de desinfección del material”, explica el doctor Leonardo Bascón, dermatólogo en el Hospital General de Granollers y autor de un estudio realizado con más de 107 casos con infección por dermatofitosis o tiña.
Entre los síntomas característicos, los expertos mencionan picores, áreas de alopecia, descamación de la piel, inflamación y, en algunos casos, dolor o fiebre. Sin embargo, hay una secuela de la que no se suele hablar: el impacto psicológico.
Héctor, de 20 años, es uno de los jóvenes afectados por el brote por tiña. A día de hoy, las lesiones están prácticamente curadas, pero ha sido una temporada complicada tal y como él comparte con Yasss. “Al ser contagiosa, afecta un poco a tu vida social, y eso que lo mío ha sido leve y solo he estado con ronchas tres semanas o así”, explica, a lo que añade que “como me agobiaba pegárselo a alguien, pero también me daba vergüenza que se viese, he estado un poco solo y eso me ha dejado tocado. Ahora toca remontar”.
José Miguel, de 18 años, confiesa que lo más duro ha sido los comentarios de la gente: “el vacile es lo que peor ha llevado. Creo que mucha gente se lo toma a broma, pero se pasa mal cuando tus amigos se ríen de ti”.
En el caso de Natalia, de 27 años, el origen de la tiña no fue un corte de pelo, sino el contacto con un animal con la infección. Sin embargo, el impacto de la infección fue muy grande a nivel psicológico. “Me afectó en toda la espalda y al ser verano, inevitablemente muestras más piel. Además, cuando tuve la infección era bastante más joven y tenía inseguridades con mi físico, así que intentaba ocultar los eccemas”, explica. “Era agotador estar pendiente constantemente de si se veía, de si se notaba o de lo que iban a pensar los demás. También estaba el miedo a contagiárselo a mi familia, así que viví aquel verano con mucha ansiedad”, recuerda.
Estos testimonios reflejan lo duro que es convivir con una enfermedad dermatológica. Si bien la tiña es pasajera, debemos recordar que hay problemáticas crónicas invisibles en la sociedad, pero con un gran impacto psicológico como, por ejemplo, la psoriasis o la dermatitis atópica.
La tiña o dermatofitosis es una infección de la piel causada por diferentes hongos. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), en el caso del brote por tiña de la cabeza, el hongo más común es el Trychophyton tonsurans.
Como ya hemos visto, las señales de que sufres una infección por tiña suelen ser picor, descamación en la zona afectada, inflamación, pérdida de pelo y supuración. Estos síntomas no desaparecen solos. Al contrario, sin tratamiento, empeoran. “Cuanto más precoz sea el diagnóstico, más favorable y menores riesgos de secuelas tendrá el paciente”, explica el doctor José Ignacio Galván, coautor del estudio sobre el brote de tiña en España.
Por eso conviene sospechar si sufres alguno de los síntomas, más aún si has tenido riesgo de contagio de humano a humano –por ejemplo, si tienes contacto directo con la piel lesionada de una persona con tiña–, de animal a humano –por ejemplo, si acaricias a un animal con tiña– o de objeto a humano – por ejemplo, si convives con alguien con tiña y compartís toallas de ducha, mantas, ropa o cepillo de pelo–.
El diagnóstico de la tiña es afortunadamente sencillo, ya que las lesiones suelen ser características y se confirma mediante un raspado de la piel.
Una vez confirmada la infección, el tratamiento se suele realizar mediante cremas antifúngicas o antimicóticas o, en algunos casos, por medicamentos orales. También se pueden prescribir cremas corticoides que reducen el picor y, sobre todo, recomendaciones de higiene: evitar la humedad en la zona afectada, lavarse las manos a menudo y evitar compartir objetos personales como ropa, cepillos de pelo, toallas, etc.
Siguiendo estas medidas, ¿cuánto dura la infección? Generalmente, entre dos y cuatro semanas, pero si los síntomas son graves puede prolongarse algo más de tiempo. Por eso, como explicaba el doctor Galván, a más pronto acudas a un especialista, mejor pronóstico tendrás.