HBO acaba de emitir el último capítulo de la segunda temporada de ‘White Lotus’, una de las series de moda, que arrasó este año en los Emmy y que tiene a muchos comentaristas entregados. Lo que premió la Academia de Televisión estadounidense era la primera temporada, una sátira sobre multimillonarios atribulados en un hotel de lujo en Hawái. Ya entonces vimos poco del entorno: todo ocurría dentro del complejo hotelero y sus playas privadas.
HBO anunció entonces una segunda temporada que se trasladaría a otro lujosísimo hotel, en este caso en Sicilia. Vistos los resultados la pregunta ahora es: ¿para qué? ¿Merecía la pena el esfuerzo? El 90 por ciento de la trama tiene lugar en el hotel. Es una sucesión de desayunos, comidas y cenas en sus restaurantes, conversaciones y peleas en sus dormitorios, baños en su playa y cócteles en sus chiriguitos. Todo ello trufado de conversaciones insípidas, como sus personajes.
De lo que no hay ni rastro es de la isla, de la maravillosa Sicilia, de su patrimonio cultural e histórico, de su normanda Palermo, de sus griegas Agrigento y Siracusa, de sus pintorescas Islas Eólicas. Ni siquiera se nombra al poderoso Etna –aunque se le ve de fondo-. Tardamos varios capítulos en enterarnos de que el hotel de marras donde ocurre todo –o nada- está en la turística Taormina (el San Domenico Palace, gestionado por Four Seasons).
Quizá faltaran localizaciones, pero no es el caso. Sicilia es la isla más grande del Mediterráneo pero la serie podría haberse rodado en un pequeño islote. Porque el entorno da igual. ¡Qué diferencia con el París de Woody Allen o con la Roma de Audrey Hepburn y Gregory Peck! Lo único que vemos de Taormina es una calle comercial y de Palermo una zona de bares. De Catania, una carretera al lado del aeropuerto.
Sicilia tiene postales impresionantes, que en la serie brillan por su ausencia. Por ejemplo, la fotogénica ‘Escalera de los turcos’, un singular acantilado al lado de Agrigento. Era el sitio donde creció el entrañable Andrea Camilleri, donde soñaba de pequeño convertirse en el gran narrador que luego fue. Pero dudo que alguno de los protagonistas de 'White Lotus' sepa quién es Andrea Camilleri. De vez en cuanto se les ve leyendo. Y la duda es: ¿qué leerán?
Porque los protagonistas adolecen de una falta total de curiosidad. Miran a su alrededor y piensan: ah, así que esto es Sicilia. Ni por un momento se les ocurre ir a explorar la maravillosa isla. Su objetivo vital es el hotel y esa tediosa repetición de comidas y conversaciones sin sustancia. Dicen que para la siguiente temporada irán a las Maldivas. Y uno se pregunta: ¿no sería más cómodo rodarla en cualquier motel de carretera de Estados Unidos?