Los españoles son muy despistados, esta semana, unos abuelos dejaron olvidado a su nieto de tan solo dos meses en una calle de Sevilla. Ahora un estudio los ha situado a la cabeza de un ranking sobre objetos olvidados en un taxi, y es que las prisas generalmente no son buenas. En lo que va de año, los europeos se han dejado más de 23.000 objetos tras hacer uso de este trasporte.
En el caso de España, quien lidera la lista europea con 2.212 enseres, en la ciudad en la que más objetos son olvidados es Sevilla, seguida de otras como Oviedo, Gijón o Valencia. En el otro extremo del ranking se encuentra Reino Unido, dónde los ciudadanos de Londres y Edimburgo cuidan como oro en paño sus objetos para no perderlos en los taxis. Lo que gracias a la tecnología, ya no es un problema debido a que la gran mayoría de estos vehículos vienen incorporados con dispositivos de geolocalización.
Por despiste o por las prisas, todos alguna vez hemos perdido o olvidado algo. Los taxistas aseguran que los objetos que con mayor frecuencia se quedan en el taxi cuándo el cliente se ha marchado son los teléfonos móviles, seguido de carteras con documentación, el bolso, así como otros objetos de pequeño tamaño y fáciles de caerse de los bolsillos como gafas, auriculares, joyas, etc.
Pero aún así, el despiste de algunos va más allá, dejando rezagados objetos de gran valor, tanto económico como emocional. Según este estudio se han llegado a olvidar vestidos de novia, una urna con cenizas de un familiar, hasta incluso un maletín lleno de dinero.
A otros el despiste les ha ido incluso más lejos, dejando en el interior del taxi a mascotas o hasta su propia abuela. En una ocasión, en Hamburgo (Alemania), unos padres olvidaron en el interior de un taxi a su hijo recién nacido cuándo volvían a casa del hospital. Nada más bajar del vehículo, el padre del menor se dio cuenta de lo sucedido y trató de perseguir el taxi. Sin embargo, el conductor no vio al hombre darle las indicaciones para que se detuviese como tampoco se percató de la presencia del bebé en el interior.
El chofer no se percató de que el neonato estaba dentro del coche hasta que este comenzó a llorar. Fue entonces cuándo llamó a la Policía para contarle lo ocurrido. Hecho que permitió que rápidamente la familia pudiese recuperar a su hijo.