Manuel tiene 29 años y visibiliza cómo es vivir con VIH: “Siento que mis miedos eran solo eso, miedos”
Aunque el VIH es intransmisible e indetectable, son muchas las personas que siguen creyendo falsos estereotipos
Manuel Cavero tiene 29 años y es seropositivo desde 2019: “Enterarme fue un golpe, pero lo acepté”
En una sincera entrevista, Manuel rompe estereotipos y visibiliza la importancia de hablar del VIH sin tabúes ni miedo.
Han pasado cuarenta años desde que se identificó el Virus de la Inmunodeficiencia Humana o VIH, pero todavía hay estereotipos completamente falsos adheridos al inconsciente colectivo. Muchas personas piensan que puede transmitirse compartiendo un caso. Otras apoyan la discriminación hacia el colectivo con VIH. Y, una gran mayoría, no sabe lo que significa “indetectable e intransmisible”.
La historia de Manuel: “El VIH ha impactado positivamente en mi vida”
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Para derribar estigmas, hemos hablado con Manuel Cavero. Tiene 29 años, vive en Lima (Perú) y convive con el VIH desde mayo de 2019.
Yasss: ¿Cómo fue el momento del diagnóstico? ¿Qué miedos experimentaste?
Manuel: En el primer momento solo me sentí sorprendido, en shock. A los días sentí miedo de lo que significaría vivir así. Por fortuna, trabajaba en una clínica en la que pude recibir charlas sobre VIH/SIDA y tenía cierta idea, pero lo admito, sentí que a mí no me podría suceder algo así por cómo era mi estilo de vida. Así que enterarme fue un golpe, pero lo acepté.
Y: Después de vivir con VIH, ¿crees que esos miedos eran realistas o que tenían más que ver con los prejuicios y los estereotipos de la sociedad?
M: Siento que mis miedos eran solo eso, miedos. Los miedos había que derrumbarlos y solo lo haría estando muy informado.
En el aspecto social, si sentía que podría ser un obstáculo en mi vida, por ejemplo, en el aspecto sentimental ya que yo para el momento jamás tuve pareja y pensar en “salir del closet” sobre mi condición ante alguien que me podría ver de otra manera fue muy difícil. También con amigos ya que al inicio me dieron indicaciones muy estrictas de cómo debería ser mi vida y eliminar cosas que, como jóvenes, nos podría molestar, como comer en la calle (por la calidad de la comida), tomar algún trago, quizá un cigarro, o dormir tarde.
Y: ¿Cómo ha impactado el VIH a tu salud física?
M: Creo que el VIH como “enfermedad” no impacto. Pero como condición en mi vida, ha impactado positivamente. Siento que he subido de peso cosa que era una lucha eterna, empecé a ir al gimnasio, mido más cuanto tomo o no, mejoró mi calidad de vida, ya no me enfermo tanto. Así que podría llamar a todo eso el lado bueno de vivir con esta condición.
Y: ¿Y a tu salud mental?
M: Ahí sí podría decir que no ayudo mucho, incluso ahora sigo luchando con eso porque antes de saber que tenía VIH sufría una profunda depresión y ansiedad, además de baja autoestima, y saber que tenía ahora algo que me marcaría de por vida fue otro gran golpe a mi mente. Hasta ahora no me he recuperado del todo ya que otros miedos nacieron para mí y tristemente aún son mi lucha diaria.
Y: ¿Crees que las dificultades psicológicas tienen que ver con el VIH como tal o con los prejuicios de la sociedad?
M: Yo diría que con el VIH como tal.
Y: ¿Ha afectado el VIH a tus relaciones afectivosexuales?
M: He vivido momentos incomodos por ello.
Y: ¿Cuáles crees que son los estereotipos más erróneos sobre vivir con VIH?
M: Morir, ser un “apestado”, no poder abrazar, no poder besar, no poder estar cerca de alguien así. Creo que al menos esos son con los que me enfrenté.
La información para vencer al miedo: “No hay que pensar que la vida se acaba porque literalmente no es así”
Y: Mucha gente tiene miedo de hacerse pruebas de detección por culpa de estos estereotipos. En tu caso, ¿te costó dar el paso y hacerte pruebas para detectar el VIH?
M: No me costó porque en mi mente desinformada, no creí que a mí me podría pasar. Pero al enterarme que si me pasó, entendí lo importante de hacerlo. Fue un sueño que tuve de mí enfermo lo que me llevó a hacerme la prueba. Eso me salvó la vida.
Y: ¿Qué le dirías a las personas que no se hacen pruebas por miedo al VIH y a los prejuicios sociales?
M: Tal vez suene rudo, pero la sociedad no nos va a salvar de poder vivir con esta condición. Mas bien, es la gente desinformada la que podría hacer crecer esta problemática del querer evadir la existencia del VIH o las ITS. Así que es importante ponernos por delante de un prejuicio y tomar acción ante algo que no es para nada el fin del mundo, es solo una adición al estilo de vida regular a corto, medio y largo plazo (el tratamiento para el VIH) y vivir saludablemente y en paz.
Y: ¿Cuál es tu consejo para las personas que recientemente fueron diagnosticadas con VIH?
M: Siempre he visto esto como una piedrita más en la mochila de la vida que todos cargamos, la cual, por fortuna, y por experiencia, a veces olvido y solo recuerdo cuando debo tomar mi medicación. Así que solo pido en lo posible no tener miedo, no pensar ni por un segundo que la vida se acaba porque literalmente no es así. Que esto solo nos hace más fuertes, valientes, y que debemos aceptarnos tal cual somos ya que la vida nos está dando la oportunidad de vivir mejor.
Y: ¿Qué crees que debería cambiar para reducir los prejuicios asociados al VIH?
M: La empatía, visibilizar aún más que existe el VIH y no solo hablar de tener VIH, sino de cómo es vivir con VIH.
Yo solo pido que seamos pacientes con nosotros mismos. Tener VIH en realidad es algo llevadero si queremos verlo de esa manera, pero entiendo y respeto que a veces el miedo puede con nosotros, e incluso más allá de eso.
También pido que tratemos de encontrar un balance en nuestras vidas, que nos apoyemos entre todos, ser asertivos, que seamos más empáticos entre nosotros mismos como comunidad tanto con quien vive con esta condición y con quien no.
Y, por último, quiero agradecer a todos los que se expresan sin miedo sobre su diagnóstico ya que son mi ejemplo a seguir y que su libertad, compromiso y transparencia a mí me ha hecho sentir abrazado y más seguro de mí, de mi vida y mi salud.