Karmele Marchante, una de las polemistas más conocidas del mundo de corazón, publica con 76 años su libro de memorias, titulado No me Callo, en el que repasa vivencias de cinco décadas de profesión colaborando en los principales medios de comunicación del país.
La periodista cuenta aspectos desconocidos de su vida personal como su complicada relación con un padre franquista entre Tortosa y Barcelona, que la atacó con una pistola cargada y la convirtió en una “superviviente”, su coqueteo con el Opus Dei, su vida sentimental (un marido que se metió en una secta, otro que la traicionó y su última pareja que falleció hace solo un año), su descubrimiento del “poliamor” con una mujer o sus escarceos con las drogas… (Cuenta como se fumó un porro con Santiago Carrillo).
Estas memorias hablan también de sus amistades incondicionales, de su pasión por la prensa escrita y de sus convicciones feministas, que la han acompañado siempre. ¿Alguien recordaba que vivió en Islandia y fue corresponsal volante de la agencia Efe por los países escandinavos?
La ex colaboradora de Sálvame, programa que abandonó en 2016 por diferencias con sus compañeros, relata cómo pasó de ser una referencia de la contracultura en los 80, a convertirse en periodista de corazón, por un golpe del destino en el pionero Tómbola. Quién lo diría en una mujer políglota que compartió cenas secretas en París con la Pasionaria y Santiago Carrillo, y que fue un icono del movimiento de liberación de la mujer en la prensa de finales de los años setenta en Barcelona.
Karmele asegura que su entrada en el mundo rosa, donde destacó como periodista culta, divertida y mordaz, fue su “perdición”: "Gané mucho dinero, pero quedé encasillada como 'cotilla del corazón', echando por tierra el recorrido profesional anterior”. Mientras España reía con el “¡Que te calles, Karmele!”, ella lo vivía como una “cruel humillación” por parte del fallecido Jesús Mariñas, al que considera un “maltratador” y con quién nunca se reconcilió.
Sus memorias cuentan como probó la censura cuando le impidieron hacer una entrevista a Bárbara Rey para hablar de su relación con Juan Carlos I; el “lado oscuro” de personajes como Carmen Sevilla, a quien define como la “pastorcita malvada”; y secretos entre líneas de personajes como Tita Cervera, que se refería al emérito como uno de sus “amores más interesados”.
Pregunta. Has pasado de ser muy celosa de tu vida privada a contarlo todo en un libro. ¿Por qué?
Respuesta. Me lo pidieron. He contado cosas, pero no absolutamente todo. Yo lo que quería es que me conocieran como persona y no como personaje. Quería contar como pienso, quería explicar cómo es la persona que hay detrás del personaje que se fabricó en televisión.
P. Hablas de una dura infancia y difícil relación difícil con tu padre. ¿Cómo influyó en tu personalidad y vida posterior? Dices que “te convertiste en mendiga de cariños ajenos de por vida”…
R. Es una frase hecha. En mi infancia y adolescencia tuve una enorme falta de afecto porque me llevaba muy mal con mi padre. Quizá eso me convirtió en superviviente.
P. Te autodefines como una “rara avis”, como una “revolucionaria incomprendida”…
R. Es difícil para una profesional independiente moverse en un mundo en el que el periodismo casi no existe. La vida ha sido más complicada porque además soy feminista y de izquierdas, algo que no está bien visto.
P. Hablas con añoranza de tus inicios en la prensa escrita. ¿Echas de menos esos tiempos de libertad que viviste en los años 80?
R. No es que lo eche de menos. Pero es cierto que a nosotros, periodistas de la época de la transición, nos tocó romper cadenas, ampliar la libertad de expresión, y curiosamente ahora ha habido un retroceso. En los ochenta escribíamos con libertad, rompíamos tabúes. Ahora hemos sufrido un retroceso tanto en lo cultural como en los valores progresistas del periodismo y la sociedad. Ahora no hay una verdadera libertad de expresión.
P. España vivió el “¡Que te calles, Karmele!” como algo gracioso, la primera gran frase viral, como dices en el libro. Pero lo que no sabíamos es que fue una experiencia muy traumática para ti…
R. Fue una época profesionalmente difícil y dura para mí. Quién acuñó esa frase, que no quiero hablar de él, porque ya no está en este mundo, era una persona maltratadora.
[En su libro cuenta que vivió esa tapa como una "cruel humillación", que le hacía "llorar" por las noches]
P. ¿Nunca hiciste las paces con Jesús Mariñas? ¿Se acercó a pedirte perdón?
R. Nunca jamás. Cero. No había relación, yo no la quería, pero ya no quiero hablar más de este tema.
P. Otra de las sorpresas del libro es la faceta desconocida que desvelas de Carmen Sevilla, a quien llamas “pastorcita malvada” y “mala de manual”, desmontando el mito de “la actriz más querida”… Recordemos el conflicto: El Tribunal Supremo te condenó a indemnizar con 6.000 euros a Carmen Sevilla por llamarla "descerebrada" en un artículo en el que la vinculabas con el desvío de fondos de la asociación benéfica ANDE...
R. Sí. Es que eso fue algo que en aquel momento tuvo muchísimo impacto. Ella no es una buena persona. No lo fue conmigo en ningún momento. Sacó dinero de una tontería que amplificó, a la que quería dar importancia cuando no la tenía. Carmen Sevilla, que no tenía ni idea de lo que era internet, me demandó por un artículo que yo había escrito en una página web. Tuve que pagar una buena cantidad de dinero y luego hizo más caja yendo de plató en plató a contarlo. Lo que yo desmonto es que no es la buena persona que la gente se cree. Creo que es mala, malísima.
[En sus memorias, Karmele cuenta por primera vez la “intrahistoria” de este enfrentamiento y la “encerrona” que considera que la actriz le hizo en Tómbola]:
P. También recuerdas el día que Al Bano entró en cólera, te cogió del pelo y te tiró al suelo cuando le preguntaste por su reciente separación de Romina, y cómo Bertín Osborne te defendió...
R. Si, Al Bano me tiró al suelo, y Bertín, que estaba al lado, pues me levantó. La reacción fue normal. Bertín es súper machista, de derechas, será de Vox, pero es una persona educada y nos teníamos un afecto. Me socorrió.
P. Dices que ahora no hay la misma libertad de expresión que en esa época, pero en el libro cuentas la primera vez que te censuraron una entrevista con Bárbara Rey…
R. Nos reunieron en un sitio en Canal 9, toda la cúpula del canal y la productora, algo que yo no había visto en mi vida, y nos dijeron: “La Casa Real no existe”. Y no pudimos hablar de nada de esto, cuando ahora ya lo sabemos todo.
P. ¿Crees que hoy en día sería posible esa entrevista que en su día se paró? ¿Contará algún día Bárbara Rey su historia?
R. Supongo que sí, porque si ya ha hablado Corinna y otras personas... Se han escrito libros sobre el tema y está en la opinión pública. Y además, nadie quiere saber nada de este rey corrupto, al que yo llamo “demérito”, no “emérito”, que se ha colgado unas medallas que tampoco le corresponden y que no ha sido una persona honesta. A mí tampoco me gusta.
P. En el libro cuentas que la Baronesa Thyssen te habló del rey Juan Carlos como uno de sus “amores más interesados”. ¿Te llegó a decir Tita Cervera que estuvo con el rey?
R. Yo lo dejo muy claro en el libro. Ella suspiraba y decía “uf, es que no sabes cómo es el rubio, es lo más”. De ahí se puede leer entre líneas, pero yo nunca voy a decir que yo tuviera conocimiento que entre esta señora y el emérito hubiera algo.
P. Por primera vez hablas de tu vida sentimental, y dedicas un capítulo al “poliamor” que descubriste de joven. ¿Quiere decir que eres bisexual? ¿Qué diferencia hay?
R. No, porque si no, lo hubiera puesto. Yo defiendo la sexualidad tiene múltiples variantes en nuestras vidas. Yo conocí algunas, no lo veo de mérito ni de demérito. Pero no hablo de bisexualidad, porque no etiqueto la sexualidad. Ya me he pronunciado en el libro, yo soy polivalente.
P. En el libro relatas una vida amorosa muy intensa, que no siempre ha terminado bien. ¿Crees que has tenido mala suerte en el amor?
R. No. He tenido amores estupendos y amores desafortunados, pero no considero que haya tenido mala suerte en el amor.
P. Nos ha impactado conocer que tu última pareja falleció de un infarto hace solo un año. ¿Cómo estás ahora?
R. Estoy en vías de recuperación. Eso no se olvida de la noche a la mañana...
P. ¿Por qué nunca tuviste hijos?
R. En el libro cuento que no tuve hijos porque no quise. Mi primer marido y yo consensuamos no tenerlos, porque yo prioricé mi profesión sobre las criaturas. No tengo ese instinto maternal que el patriarcado quiere hacer ver que todas las mujeres lo tenemos. Ni lo he tenido ni me arrepiento de nada. Hay un montón de amigas mías con criaturas, que soy su madrina.
P. ¿Es la presión de la maternidad en las mujeres una de las asignaturas pendientes del feminismo?
R. Las mujeres que trabajan están muy presionadas con la maternidad, porque el estado no favorece a que las mujeres se animen a ser madres. No en vano somos el país de Europa con menor índice de nacimientos. Las mujeres quieren trabajar y si en la convivencia no hay un fifty fifty de responsabilidad entre el varón y la mujer, todo recae en ella. Se nos asigna el papel de cuidadoras.
P. 'Tómbola' marcó una época y creó tendencia. Hablas de la “tombolización” también en el terreno político…
R. Sí. No tienes más que ver las tertulias políticas en televisión, que se gritan, se insultan y se dicen las mismas cosas que pasaban en el programa, una “tombolización” de la política y las tertulias políticas, que a mí me parecen un coñazo. No participaría en ellas porque mi punto de vista político no coincide demasiado con las tertulias que hay ahora, por un lado la derechona pagada, por otro la izquierda maleada. Todo está muy polarizado.
P. El libro termina con un “continuará”… ¿Como enfocas ahora tu carrera profesional? ¿Qué proyectos tienes?
R. Continuará dentro de un tiempo. Ahora estoy haciendo teatro [obra Acción comadres], que me gusta mucho y estamos teniendo muchísimo éxito, llenamos los teatros en Madrid, y el 22 de noviembre volvemos a hacer sesión en la capital y luego por todo el estado. Me encanta decir que soy actriz de teatro, pero lo digo en broma. Y luego la prensa escrita, que es lo que más me ha gustado siempre y más me gusta. Escribir, sobre todo de la actualidad.
P. Ya hiciste tus pinitos como actriz cuando aspiraste a Eurovisión con 'Soy un tsunami', etapa que recuerdas con cariño. ¿Volverías a presentarte si te lo ofrecieran?
R. No, no. Aquello fue una locura. Yo no puedo cantar en directo, aquello era playback. Yo no sé cantar. Sería horrible. Pero fue divertido, me lo pasé muy bien.