La vida sexual de una pareja no es constante. Cambia a medida que la relación avanza y, sobre todo, en función de las necesidades de ambas partes. Si tu pareja está atravesando una época de mucho estrés en el trabajo, es normal que tenga menos apetito sexual. Lo mismo sucede cuando uno de los dos tiene la autoestima algo floja. En esos momentos, vuestro cerebro prioriza otras formas de intimidad en vez del sexo y no pasa nada.
El problema es que tendemos a agobiarnos cuando nuestra vida sexual disminuye en cantidad respecto al principio, pero, ¿de verdad es tan grave no tener sexo a diario? Y lo más importante... ¿Cantidad es igual a calidad?
Según un estudio realizado por la Universidad de Toronto, la cantidad de veces que tienes sexo a la semana puede predecir la satisfacción de la pareja. ¿Cuál es la cifra exacta?, te estarás preguntando. Pues nada más y nada menos que una vez a la semana, una cifra que daba pie a un mayor bienestar personal y sexual en los miembros de la relación.
Amy Muise, la responsable de la investigación, enfatizó la importancia de ajustar las expectativas, ya que los compromisos personales, la sobrecarga laboral, la ansiedad o el cansancio pueden afectar no solo a la vida sexual, sino a la pareja.
Estos hallazgos no son una regla matemática. Cada pareja tiene unas necesidades completamente únicas. Hay gente que necesita sexo con más asiduidad y otra que funciona bien con un "polvo" al mes.
Antes de llevarnos las manos a la cabeza o de juzgar relaciones ajenas, tenemos que ser conscientes de que el sexo no es una necesidad básica como lo son comer o dormir. Sí, quizá a algunos les encanta y tiene sus beneficios (cuando es placentero), pero una relación con poco sexo no es necesariamente una relación descompensada.
Cuando convertimos el sexo en una prioridad, la presión puede dar pie a conflictos, problemas de compatibilidad e incluso a dinámicas abusivas. Son muchas las personas que tienen sexo solo para complacer a su pareja sin que realmente les apetezca y eso, queridos lectores, es una forma de violencia. Es mejor no tener nada de sexo que obligarte y hacerlo sin placer para no herir la autoestima de tu pareja o evitar una discusión.
Si a ti y a tu pareja os preocupa estar descuidando vuestra vida sexual, quizá podéis implementar algunos cambios. El objetivo no debe ser tener más sexo, sino tener mejor sexo. ¿Cómo?