Conducir de manera eficiente puede ayudar a ahorrar combustible, además de contribuir a reducir la contaminación ambiental y a disminuir los riesgos en carretera. Para ahorrar combustible no solo tenemos que conducir de forma eficiente ya que, también, existen otros trucos que pueden hacer que nuestro coche gaste menos gasolina. Apretando uno de los botones de nuestro vehículo, podremos ahorrar gasolina y gastar menos dinero en las gasolineras a la hora de repostar.
Uno de los trucos que menos conocidos son y con los que podremos ahorrar gasolina es la hora de apretar uno de los botones del interior de nuestro coche. Concretamente, el botón que debemos presionar es el que aparece en la zona de mandos del aire acondicionado. En esta zona del coche habrá varios botones e indicaciones para modular la ventilación del vehículo.
Pues bien, en caso de montar dentro del coche y que haga mucho calor debemos presionar el botón en el que aparece una forma de U inclinada dentro del automóvil. Apretando este botón haremos que el aire del interior del vehículo no circule de forma cíclica y tarde tanto en enfriarse. Es decir, desactivando este modo lo que hará el automóvil es recoger aire del exterior, enfriarlo y lanzarlo al interior de nuestro coche.
Sin embargo, esta opción deberemos accionarla una vez el coche esté arrancado y permanezcamos en el interior del vehículo durante bastantes minutos como en atascos. En ese momento, se deberá apretar el botón del aire acondicionado en modo cíclico y apagar el aire acondicionado convencional. De esta forma, el coche mantendrá su temperatura refrigerada y se gastará menos gasolina.
Otros consejos que nos ayudan a reducir el gasto de gasolina
Planifica tu viaje con antelación: tener clara la ruta antes de subirse al coche permitirá trazar el recorrido más óptimo para gastar menos combustible. En este sentido, conviene tener en cuenta que un camino más corto no es sinónimo de menor gasto en carburante, ya que el consumo medio del coche en la ciudad supera en un 30% al gasto en carretera.
Comprueba la presión de los neumáticos: la falta de presión en los neumáticos provoca que el vehículo ofrezca mayor resistencia a la rodadura, con lo que el motor tiene que "desarrollar mayor potencia para poner en movimiento al vehículo y mantener esa velocidad", apunta la DGT en su informe sobre conducción eficiente. La presión recomendada para los neumáticos figura en el manual de mantenimiento de cada vehículo y se recomienda revisarla, al menos, una vez al mes.
Reduce las cargas innecesarias: equilibrar la carga para que el coche sea más estable es imprescindible para conducir de manera eficiente, toda vez que una mala distribución de los objetos puede ofrecer más resistencia al aire y más inestabilidad a causa de la disminución de adherencia del eje delantero. A este respecto, es recomendable cerciorarse de que no existen elementos que puedan desplazarse hacia la parte delantera del coche a causa de un frenazo brusco o un cambio de rasante.
Al llenar el tanque de tu coche, no aprietes la manilla de la manguera al máximo: si la gasolina se echa de la manera más lenta, se creará menos vapor y la mayor parte del vertido se convierte en un lleno eficaz. Esto se debe a que al apretar la manilla al máximo, cierto porcentaje del líquido que entra en el depósito se transforma en vapor y vuelve por la manguera del surtidor.
Espera unos segundos antes de arrancar: a la hora de arrancar, RACE aconseja esperar unos segundos después de encender el motor de los coches diésel --no es necesario en los de gasolina-- para que el aceite llegue en condiciones adecuadas a la zona de lubricación. Una vez arrancado el coche, la mejor forma de ahorrar combustible es usar la primera marcha el menor tiempo posible y conducir lentamente durante los primeros segundos evitando acelerar bruscamente.
Mantén una velocidad constante: una vez concluida la fase de aceleración, lo más recomendable es mantener una velocidad constante durante la conducción, ya que de esta manera el motor reduce su exigencia. A más de 20 kilómetros por hora, con una marcha engranada, "el consumo de carburante es nulo si no se pisa el acelerador", de acuerdo a RACE.
No mantengas el motor inactivo: en paradas superiores a 60 segundos, es aconsejable apagar el motor. Un motor al ralentí durante diez minutos (en punto muerto y con el aire acondicionado desconectado) consume 0,13 litros de gasolina por cada 100 kilómetros. "Aunque no se trate de una cifra de consumo muy alta, si se computan todas las paradas el consumo es elevado", matiza la DGT.
Utiliza la ventilación solo si es necesario: según Tráfico, "para ventilar en vehículo es mejor utilizar los dispositivos de aireación" que las ventanillas, ya que conducir con las ventanillas bajadas provoca una mayor oposición al movimiento del vehículo y, por tanto, aumenta el consumo de combustible. No obstante, recuerda que el aire acondicionado es otro de los elementos con mayor incidencia en el consumo del combustible y recomienda mantener la temperatura entre 21 y 22 grados.
Evita frenadas bruscas y acelerones: ante situaciones de proximidad con otros vehículos o si se prevén frenadas, es recomendable quitar el pie del acelerador y que el coche frene por la propia pérdida de velocidad en lugar de frenar bruscamente. Guardar una distancia de seguridad suficiente permitirá advertir con antelación los imprevistos que puedan surgir en carretera y, de esa forma, utilizar menos los frenos. Siguiendo estas pautas el rendimiento del combustible aumenta en un 2%, según RACE.
Cambia de marcha en bajas revoluciones: otra forma de reducir el consumo es optimizar el cambio de marchas, procurando conducir el mayor tiempo posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones. RACE aconseja cambiar de marcha entre las 1.500 y 2.500 revoluciones por minuto en el caso de los coches diesel y entre 2.000 y 2500 cuando se trata de un motor de gasolina. Si el coche no dispone de cuentarrevoluciones, la velocidad puede servir de referencia: la tercera marcha a partir de 30 km/h, la cuarta a los 40 km/h, la quinta al circular a 50 km/h y la sexta velocidad --en caso de que el coche la tenga-- a partir de los 60 km/h.
Usa el terreno a tu favor: utilizar la inercia del coche durante las bajadas permite adelantar el cambio de marchas y circular a bajas revoluciones, aminorando así el consumo de combustible. En las subidas es recomendable retrasar al máximo la reducción de marchas, incrementando la presión sobre el acelerador aunque "nunca pisando a fondo", recuerdan desde RACE.