Las probabilidades de encontrar un mensaje en una botella parecen remotas, como si de una película se tratase, pero a veces, la realidad supera a la ficción. Y es que esto es precisamente lo que le ocurrió a Billy Mitchell cuando trabajaba en un astillero en el río Yazoo, en Vicksburg, Mississippi, (Estados Unidos). Billy encontró un objeto que llamó su atención: una botella verde que yacía abandonada sobre una barcaza. Dentro de la botella, el trabajador de la empresa Big River Shipbuilders, halló el pasado 5 de abril un papel en el que, pese al desgaste del tiempo y de la humedad, todavía era posible leer la letra de un niño. Este singular hecho evoca al de una mujer que encontró un mensaje en una botella escrito hace 95 años.
El mensaje que halló Billy fue escrito hace 33 años por Brian Dahl, que entonces tenía 11 años, como parte de un proyecto escolar en el que él y sus compañeros arrojaron botellas al río Tallahatchie, debajo de la presa del lago Saris, Condado de Tippah, (Estados Unidos),
El joven Brian Dahl murió de forma inesperada en 2009 a los 29 años. "Fue como una voz desde el cielo", dijo el trabajador al diario USA Today sobre la botella, "fue una señal de que está velando por sus padres". En el astillero, los trabajadores intentaron reconstruir el mensaje y descifrar el nombre del niño, pero solo pudieron averiguar que era de Oxford, Mississippi.
Brad Babb, responsable de seguridad de la empresa, llamó a las escuelas de la zona de Oxford pero no obtuvo respuesta. Así que publicó una foto en la red social Facebook en busca de pistas.
Entonces, alguien informó al doctor Eric Dahl, de Oxford, de la botella, apuntando que podría ser su hijo el que hubiera escrito el mensaje. "Es asombroso que haya sucedido", aseguró Dahl tras reconocer el nombre y la letra de su niño. "Recibimos un mensaje 33 años después de que Brian lo pusiera en el río", añadió. "Es como algo de una novela de ficción o algo que verías en la televisión", dijo Dahl, "ver la letra de Brian de cuando tenía 11 o 12 años fue milagroso".
El hombre explicó a USA Today de que aquel mensaje era parte de un proyecto de clase de cuando el niño estaba en sexto grado en la Escuela Universitaria de Oxford. "El hecho de que fuera mi hijo el que escribiera eso hace 33 años: ¿cuáles son las probabilidades de que se encuentre esa botella?", agregó por su parte Melanie Dahl.
La profesora de Brian Martha Burnett aún recuerda aquel proyecto. "Era una de las primeras historias de nuestro libro de lectura. La historia tenía que ver con el hecho de que a lo largo del tiempo la gente había puesto mensajes en botellas. Decidimos hacerlo", dijo.
Cada uno de los alumnos de la clase escribió su nombre, dirección y teléfono en trozos de papel junto con un mensaje y lo metieron en botellas. Tras taparlas y sellarlas con cera, las arrojaron al río. La maestra contó que a finales de los años 1990 hallaron una de las botellas, por lo que encontrar esta le pareció más sorprendente. “Brian era un joven muy prometedor [...] Es una historia increíble de un joven excepcional”, añadió.
Los padres del joven planean reunirse con empleados del astillero y llevarse el mensaje. "Ver que algo conecta a la gente al instante es algo hermoso, era típico de Brian unir a la gente. Es un testimonio de lo que es y fue", aseguró Eric Dahl. Así lo publica Telemundo.