Escribe al teléfono de su madre fallecida y la respuesta que recibe emociona a Twitter
La historia de Milu, una joven argentina de 22 años, ha emocionad a la red social Twitter
La joven siguió escribiendo al móvil de su madre después de que esta falleciese
Ha contado lo que sucedió en su cuenta de Twitter y la historia acumula más de 44 000 'me gusta'
La historia de Milu, una joven argentina de 22 años, ha emocionado a la red social Twitter, donde ha compartido un hilo en el que relata qué sucedió cuando decidió seguir escribiendo mensajes al teléfono de su madre fallecida. Su historia acumula más de 44 000 'me gusta'.
La historia de Milu
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“Cuando murió mi mamá, jamás borre los chat, porque siempre los volvía a leer, volvía a escuchar los audios de ella una y otra vez, a veces me calmaba oírla, otras me terminaban de destruir. Un día por cuestiones del trabajo, ya tenía la memoria llena del celu”, comienza contando la joven, que especifica que tuvo que formatear el teléfono, por lo que perdió todos los audios con su madre.
“Me quería morir. Con el tiempo no releer todo lo que había hablado con mi mamá me hizo bien, porque por lo general eran más las veces que terminaba angustiada que las que no. Pero no pude aguantar y la volví a agregar al WhatsApp, al menos para escribirle y descargarme, porque a veces le escribía cómo me había ido en el día, cosas normales, cómo si aún estuviera viva”, continúa.
Dieron el número de su madre a otra persona
“Al agregarla y enviar un mensaje, se pusieron las tildes azules. Claro, no creí que era mi mamá, sino que le dieron el número a otra persona, cosas normales que pasan. Así que del otro me contestaron ‘equivocado’”, cuenta la joven que decidió llamar al número, confesando que “no sé lo que buscaba”. “Llamé solo para oír la voz del otro lado, por curiosidad, por locura, por tristeza, por todo lo que uno atraviesa cuando está completamente triste”, escribe.
“No sé si para mí desgracia o no, del otro lado cuando llamo, me dicen ‘Hola, si’ con la misma voz de mí mamá. Yo no sé si era mí locura o mí deseo que del otro lado esté ella, pero era su voz. Al quedarme callada del otro lado insistieron claro; ‘Hola, ¿quién habla?’ Y era ella otra vez, era la voz de mí mamá. Corté y empecé a llorar, un ataque de nervios, angustia, de pánico, todo. Fue horrible y hermoso a la vez. Era la voz de mí mamá, y no una, sino varias veces. Era ella”, recuerda Milu.
La respuesta de Karina al recibir los mensajes de Milu
Pero, como no podía ser de otra manera, la mujer al otro lado de la línea no era su madre: “Al darse cuenta de que quien la había llamado había sido yo, la que anteriormente le había escrito por WhatsApp, me mandó un audio diciendo; "Hola cómo estás, no conozco a ninguna Natalia, debes tener el número equivocado, mi nombre es Karina, disculpa". Milu le había escrito anteriormente para decirle que operaban a Natalia de la vista, por lo que la mujer respondió de esta manera.
Pero los deseos de Milu por escuchar la voz de su madre hicieron que esto pareciese real. “Ahora la voz de la mujer de mi mamá ya tenía nombre, ya era alguien, existía, era una persona de carne y hueso. Era mi mamá, era su voz. Era tan amable, Karina, y mi mamá también, y no lo digo porque fuera mí mamá. Lo digo porque es real. Que le conté todo. Le conté que ella tenía la misma voz de mi mamá, que me disculpara que había agendado su número viejo tan solo para hablarle”, cuenta en el hilo de Twitter.
Un final conmovedor
Karina, la mujer con el número de teléfono que había tenido la madre de Milu permitió que esta le siguiese escribiendo: “Se conmovió tanto Karina, un sol de persona, un sol, que me dijo que le hable cuando quiera. Que ella sabía que no era su mamá, pero que si me hacía bien a mí, que le cuente cómo estoy, lo que hago. Lo que deseo, lo que siento. Y así estuvimos un par de meses, yo creyendo que era mi mamá, ella jugando a tener otra hija, porque Karina ya tiene los suyos”.
“Fue una fantasía, creer que hablaba con mi mamá. Fue magia. Fue tan real, más real que este mundo, donde me siento sola, triste. Gracias Karina. Gracias. Porque sin saberlo, me sostuviste, me diste fuerzas. Un poco de fe. Nunca viene mal dejar este mundo real por un rato. A veces el mundo de los sueños nos ayuda a seguir. Aún estoy rota, pero con remaches en el corazón”, concluye Milu.