El 23 de abril es una fecha señalada para los lectores de todo el mundo que tienen marcado en su calendario un día que es especialmente significativo en Cataluña donde además festejan el día de su patrón Sant Jordi.
En este día en el que se conmemora el nacimiento de Cervantes y Shakespeare como dos de los mejores escritores que ha dado la historia, es conocida la tradición de regalar un libro y una rosa. Este hábito que es más habitual en las regiones catalanoparlantes encuentra su origen en la leyenda de Sant Jordi o San Jorge.
La costumbre de que los hombres regalen una rosa a las mujeres se remonta al siglo XV. Desde entonces, los balcones se cubren todos los días 23 de abril con banderas regionales y miles de puestos con flores y libros llenan las calles de la ciudad condal y otros municipios.
Tal y como cuenta el mito o la leyenda, un gran dragón que amenazaba por aquel entonces a los pueblos de la zona hacía peligrar la supervivencia del ganado por culpa de su apestoso aliento. Vacas, cabras y ovejas caían fulminadas cada vez que el dragón sobrevolaba los campos catalanes.
En su implacable avance, la peligrosa criatura no quedaba satisfecha y muchos campesinos se veían obligados a abandonar sus casas y ofrecerle su ganado como alimento. Una vez se hubo comido a todos los animales, las personas serían las próximas en caer.
Cuando ya sólo quedaban unos pocos súbditos dentro de las murallas del castillo, llegó el turno de la princesa. Justo en el momento en el que esta iba a ser devorada, apareció un caballero vestido de blanco de entre la niebla y consiguió acabar con la vida del animal.
Tras acabar con el peligroso animal, ambos lo llevaron ante las puertas de la muralla para asestarle el golpe final frente al resto de súbditos. Jorge, que así se llamaba el caballero, dejó un gran charco de sangre junto al dragón del que, de manera mágica, comenzaron a brotar miles de rosas rojas. El caballero, corto una de las flores y se la entregó a la princesa. De ahí viene la leyenda de la rosa.
Si bien es cierto que en combinación con la historia del dragón, la tradición reviste mucho más romanticismo, la tradición del libro viene de no hace tanto tiempo. Corrían los años 20 del siglo pasado cuando un director de una famosa editorial le propuso a las autoridades crear un día especial para fomentar la lectura en Cataluña.
En 1929, con motivo de la Exposición Internacional celebrada en Barcelona, las calles de la ciudad se llenaron de puestos con libros. La iniciativa tuvo tanto éxito que, desde entonces, cada 23 de abril se conmemora junto a Sant Jordi, el día del libro.