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La preocupación del pintor Juan Vallejo por la catedral de Burgos viene de lejos. Hace 28 años ya encabezó junto al también pintor Vela Zaneti, el poeta Victoriano Cremer y el músico Alejandro Yagüe, la denuncia publica de la situación de abandono en la que se encontraba el templo con la mayoría de las capillas clausuradas y en estado de ruina. La denuncia la llevó a la Unesco en mayo de 1993. "Hice mutis por el foro cuando en aquella ocasión, todas las autoridades locales, eclesiásticas y la entonces ministra Alborch, acordaron la rehabilitación para evitar la pérdida de la condición de Patrimonio de la Humanidad, mi misión estaba cumplida, todo esta documentado".
Hasta hoy. Porque lo de ahora, "una agresión terrible, intolerable contra el catedral", le ha levantado en armas y encabeza la protesta pública y viral contra la colocación de tres puertas labradas en bronce del escultor Antonio López con las que el cabildo pretende festejar los 800 años del templo el próximo 20 de julio. El proyecto esta valorado en más de un millón doscientos mil euros. Su campaña contra las puertas lleva más de 62.000 firmas y a Juan Vallejo (Burgos, 1949) le reclaman desde Estados Unidos, Reino Unido o Argentina para que explique por qué esta en contra.
Acaba de regresar a Madrid después de pasarse unos días en Burgos, donde entregó personalmente en el Arzobispado las firmas pidiendo la retirada "Pensé que no llegaríamos a las 1.000 firmas, ahora mismo superan las 62.000, la contestación social al proyecto es enorme". Atiende al teléfono a Niusdiario.es y antes de nada pide que se el permita explicarse.
Sitúa el debate en el articulo 38 de la ley 12/2002 de la Ley de Patrimonio Cultural de la Junta de Casilla-León que recita antes de entrar en más detalles del proyecto. "Ese artículo deja claro que no se puede intervenir en si no es imprescindible. Solo en caso de catástrofe se puede cambiar, modificar las cosas para que no siga dañando a templo, ese el preludio de esta historia".
Las puertas a sustituir en ese proyecto corresponden a la llamada Puerta del Perdón, y las otras dos laterales situadas en la fachada de Santa María. "Son de olmo negro, perfectamente conservadas, cumplen primorosamente su función, las aldabas y los llamadores pasaran al destierro en caso de que esto siga adelante"; es la defensa que el pintor burgalés ha hecho de la utilidad de las actuales cancelas en el video que se ha grabado hace unos días a la puertas de la catedral y que circula en grupos de Whatsapp.
"Es un capricho, un fasto innecesario. Si por cada celebración centenaria se decidiera hacer una intervención en el templo catedralicio hoy habría ocho protuberancias que fagocitarian el Gótico; la catedral sería un híbrido que no la conocería nadie. Imagínate a los hermanos Juan y Simón de Colonia (autores de las agujas y la capilla de los Condestables), Felipe Bigarny (autor del Traslatar) y tantos otros ante esta portada, se echarían las manos a la cabeza del espanto", responde Vallejo.
Juan Vallejo no se olvida el contexto en el que la decisión fue tomada por el arzobispado; la creación de la Fundación VIII Centerario con presencia entre otros del empresario Antonio Miguel Méndez Pozo, condenado por el caso de la Contrucción y amigo personal del escultor Antonio López, elegido para hacer la intervención. "Solo se tuvo conocimiento de esto cuando presentaron los bocetos buscando financiación popular, ya estaba encargado, aducen falta de tiempo para convocar el concurso, pero tuvieron tres años". Vallejo ha llevado su pelea a la Unesco, escribió a Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios); a la Junta de Castilla-León y al papa Francisco.
"No es una cuestión personal contra Antonio López, no soy escultor, no entra dentro de mis competencias", defiende Vallejo que asegura no quiere entrar en el debate sobre la calidad artística del proyecto de López ya muy avanzado aunque no tiene problema en opinar. El resultado en su opinión es un espanto. "Es un ejercicio de egolatria", concluye sobre las tres puertas en las que el pintor hiperrealista se autorretrata en la imagen central a modo de Dios, y a los laterales hace lo propio con su mujer y su hijo. "Nadie puede pensar que digo esto porque no me lo hubieran encargado a mí, no soy escultor, denuncié al Cabildo, soy comunista y ateo", enumera Vallejo para desacreditar las críticas que le puedan llegar de celos profesionales.
Recuerda que a López, escultor y pintor, ya le fue rechazado por el arzobispado de Zaragoza su proyecto de pintar la bóveda de la Catedral del Zaragoza y un conjunto escultórico en cuya presentación incluía la imagen de su mujer, comparándola con la virgen del Pilar.
La obra de Antonio López está ya muy adelantada y el Cabildo ha repetido que el encargo además de estar ya económicamente comprometido con el autor -nos quedaremos con ellas, ha dicho el Arzobispado- está pendiente de informe de la comisión técnica de Patrimonio que se reunirá a finales de este mes. Además del debate técnico, los críticos con el proyecto ponen el acento en la fractura social que ya ha provocado. Incluso entre la Iglesias. Hace unas semanas el portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello abrió la posibilidad de se instalaran en el interior de la catedral para evitar que la celebración "gozosa" de una fecha tan redonda se vea arruinada.
"Es todo tan indecente, impopular, si las puertas se ponen, eso va ser el muro de las lamentaciones, ojalá no ocurra, pero las agredirán", pronostica Vallejo que recuerda que ya hay quien compara las puertas al Ecce Homo de Borja.
A menos de cuatro meses para la celebración, la polémica por las puertas garantiza que lo de la celebración será todo menos gozosa, como quería el cabildo.