La 36ª edición de los Premios Goya se ha celebrado en el Palau de Les Arts de Valencia dentro de la 'nueva normalidad' --con algunas restricciones y medidas de seguridadrestriccionesmedidasseguridad entre los nominados y los invitados-- y con novedades como la ausencia de presentadores.
José Sacristán ha recibido el tradicional Goya de Honor por ser el rostro y la voz del cine español de las últimas seis décadas en películas como 'Un hombre llamado Flor de Otoño', 'El diputado', 'El viaje a ninguna parte' o '¡Vente a Alemania, Pepe!'.
"Me siento muy orgulloso de ser uno de los doce primeros números de esta noble y esforzada tropa", ha señalado Sacristán entre aplausos, con un discurso leído a modo de monólogo teatral. "Familia, amigos, compañeros, vecinos, gracias por vuestra cordialidad y compañía. Y gracias al público, a todos esos hombres y mujeres que, cada año, y hace ya 60, bien en manojo o bien en ristra, me siguen comprando los ajos", ha destacado.
Sacristán ha sido introducido por la vicepresidenta de la Academia, Nora Navas, quien le ha presentado con títulos de sus películas más emblemáticas como 'Flor de otoño' o 'Viaje a ninguna parte'. Las primeras palabras del actor al recoger el 'cabeazón' han ido a parar al campo y a su pueblo.
"En el campo se sabe que hay un tiempo para labrar la tierra, uno para echar simiente y otro para recoger los frutos. Gracias a todos los que con su confianza en mi trabajo me permiten seguir arando, sembrando y cosechando frutos como este", ha añadido.
Tras citar a su padre y a su madre, además de a su hermana Teresa --"cómo hiciste para tanta ternura en tus apenas 46 años", ha destacado emocionado--, ha aludido a sus hijos y a su pareja.
"Feliz y aturdido" ha dicho estar José Sacristán al pasar por la alfombra roja de la 36 edición de los Goya. "Todo esto te desborda... ¿Cómo iba a imaginar, cuando fui vicepresidente de esta entidad (la Academia de Cine española), que dimos el Goya de honor a Imperio Argentina, que iba a cobrar esto de los Goya esta dimensión?", se ha preguntado.
Sacristán fue vicepresidente de la Academia a finales de los 80, en los comienzos de la institución. "Lo que a mí me costó que la gente entregara premios de segunda y de tercera, nadie quería, fue una lucha y encontrarte ahora con esta movilización es muy emocionante y venir a por el monigote de honor, el colmo".