Barrio de Las Letras de MadridInformativos Telecinco
El madrileño barrio de Las Letras fue lugar de residencia de ilustres escritores, poetas y dramaturgos
En la Casa-Museo de Lope de Vega, la cual se puede visitar, el poeta vivió los últimos 25 años
Otros intelectuales como Ramón del Valle-Inclán amenizaron con tertulias y debates el Ateneo de la capital
En Madrid, en apenas 800 metros cuadrados, convivieron, y algunas veces malconvivieron también, algunos de los genios más importantes de la literatura española. Lope de Vega, Góngora, Cervantes, Quevedo eran unos clásicos, un tiempo en el que todo estaba bien afilado, la crítica y las espadas.
El libro negro de las horas hace un homenaje a los bibliófilos que siguen la huella de los grandes escritores del conocido como Siglo de Oro.
Corazón literario de la capital española, zona de ilustres escritores, poetas y dramaturgos. Hace cuatro siglos, pisaban las mismas calles en las que ahora su obra brilla en letras de oro. Es el barrio de Las Letras.
"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor", reza en el asfalto estas palabras de Don Quijote de la Mancha.
Lope de Vega era en su obra "tremendamente autobiográfico"
La Casa-Museo de Lope de Vega, donde residió los últimos 25 años de su vida, nos abre las puertas. Igual que entonces están su estudio, su oratorio y lo que él llamaba su huertecillo. Sheila Álvarez asegura que "era un autor tremendamente autobiográfico. Describe cómo era el jardín de su casa, del que decía que más breve que cometa tiene dos árboles, diez plantas".
Siguiendo sus pasos llegaron otros intelectuales que amenizaron con tertulias y debates el Ateneo de Madrid. Aquí llegó a vivir Ramón del Valle-Inclán y no muy lejos, en la calle Álvarez Gato (o callejón del Gato), pudo observarse asimismo. Sara Rodríguez, guía de marteseventos.com, señala que "en la novela Luces de Bohemia, los protagonistas, al ver los espejos, se ven reflejados y dicen que esto es el esperpento".
Álvarez narra también que Quevedo y Góngora llegaron a estar enfrentados por la casa en la que vivió Quevedo. Un barrio, sin duda, para quedarse de piedra.