Reconstruir los clásicos va por barrios. En 1998 el director Gus Van Sant decidió usar medios actuales para calcar plano por plano Psicosis, la obra maestra de HitchcockPsicosis, incluidos los icónicos 78 planos y 52 cortes de la escena de la ducha. La osadía le valió un tremendo batacazo en taquilla (costó 60 millones de dólares y recaudó 30) y unas críticas terribles. Posteriormente, el cineasta defendió su propuesta como un experimento para demostrar de qué modo la copia milimétrica de una obra artística puede ser tan radicalmente diferente del original.
En el universo de los videojuegos las copias tampoco funcionan de la misma manera. Funcionan mejor. El ocio digital lleva suficiente tiempo entre nosotros como para haber creado un buen puñado de obras con categoría ya de clásicas para los aficionados. Y es ahora cuando el remake de estos títulos está alcanzado su cenit en lo que se refiere a elogios de público y crítica.
Uno de los últimos ejemplos ha sido el caso de Nier Replicant. Un bello juego sobre como el amor fraternal puede llevar a cotas de destrucción inimaginables. No es un título fácil. Una obra de autor (el inclasificable Yoko Taro) de trama compleja, con mezcla de géneros y mecánicas experimentales que llegaban a desorientar al jugador. Todo ello acabó relegándolo como título de culto pero de ventas modestas fuera de Japón cuando se lanzó en 2010. Una obra que iba muy por delante de su tiempo y que la crítica tampoco entendió entonces. Solo el sorprendente éxito comercial de su secuela NieR: Automata (2017) ha conseguido rescatarlo del olvido y con acierto. El pasado 22 de abril salió al mercado Nier Replicant ver. 1.22474487139... una revisión del original con mejores gráficos, música remasterizada, un nuevo sistema de combate y la posibilidad de disfrutar del juego con el protagonista auténtico del título que por cuestiones de marketing fue reemplazado en el mercado occidental. Aún así su autor no era muy optimista. Taro dijo en Twitter: "Las ventas de Nier Automata fueron una casualidad. Ninguno de mis anteriores trabajos ha vendido de alguna manera que merezca mención. Solo los nombres son similares, y el contenido de los juegos es completamente diferente, así que no va a vender tan bien”. Taro no contaba con que el contexto ahora es distinto, más propicio a sus excentricidades después del éxito de Automata. Un público además con otra cultura audiovisual más de una década después.
El nuevo Nier Replicant se estrenó como número uno de ventas en Reino Unido, Japón y el portal online STEAM. La crítica, ahora rendida a los pies de Taro, ha cambiado el aprobado justo que le dio en su momento por un notable alto de media, según el portal de reseñas Metacritic, a pesar de reconocer que el juego intrínsecamente no ha cambiado en nada.
¿Superar Psicosis con un remake? Comienza a ser una costumbre en el sector de los videojuegos. Lo ha conseguido Final Fantasy VII. El considerado uno de los mejores juegos de rol de todos los tiempos recibió 23 años después su propia puesta al día. Su nueva versión ha alcanzado el título de clásico instantáneo con 10 sobre 10 en la mayoría de medios especializados, mejores notas que la primera versión. La explicación es que, en lugar de rehacer el original, el estudio Square Enix lo expandió de todas las formas posibles. La historia, la banda sonora, elementos estratégicos o de combate fueron mejorados. Tanto añadido que el remake acabó convertido en un juego por capítulos del que hasta ahora solo se ha lanzado la primera parte. Podía haber sido un desastre pero acabó convertido en una genialidad. Algo así como lo que le ha pasado a la versión de Zack Snyder de Zack SnyderLa Liga de la Justicia. La respuesta comercial ha sido apabullante. Según datos de VGChartz, en sus primeros seis meses Final Fantasy VII remake logró vender más de 5 millones de copias. La mitad de todo lo vendido desde 1997 por el título original.
Otro juego mal entendido en su momento y ahora con una nueva vida ha sido Demon's Souls. La oscura maldición que sume en la niebla y el terror el medieval reino de Boletaria llenó en su momento los cajones de segunda mano de las tiendas de videojuegos. La endiablada dificultad del título de From Software, radicalmente opuesta a la tendencia en alza en 2010 de hacer productos muy cómodos para llegar a una mayor audiencia, provocó el rechazo del público mainstream por un título sin compasión, donde continuamente se perdía lo avanzado y en el que en pantalla aparecía una y otra vez con letras rojas "HAS MUERTO". Con el paso del tiempo, esta fórmula se perfeccionó y se convirtió en un género en sí mismo (género souls) con una base importante de aficionados deseosos de retos casi imposibles. Así, Demon's Souls pasó del ostracismo a fenómeno de culto en barbecho hasta que la remasterización del título, exclusivo de Playstation, lo convirtió nada menos que en la carta de presentación de la nueva consola de la compañía en noviembre del año pasado. Los notables cambios estéticos y, por qué no decirlo, las ganas de hacer justicia con un título pionero, a pesar de sus defectos, han llevado a la crítica a situarlo de forma unánime por encima de su predecesor.
Ejemplos de cómo los videojuegos permiten recuperar tramas, escenarios y personajes, darles un nuevo esplendor y rentabilizarlos económicamente para las nuevas generaciones. Remakes, herencia directa del cine. El propio Hitchcock dirigió una segunda versión de su película HitchcockEl hombre que sabía demasiado (1934/1956). ¿Quién sabe lo que podría haber hecho en el lugar de Gus Van Sant con unos jóvenes Anthony Perkins y Janet Leigh 38 años después? Gracias al mundo de los videojuegos y las nuevas técnicas digitales CGI, eso no está lejos de ocurrir. Ya hemos visto ejemplos destacados (aunque todavía por pulir) en películas como El irlandés (2019) de Martin Scorsese o Géminis (2019) con un rejuvenecido Will Smith. Otra cosa es que sean capaces de mejorar a sus originales.