El escritor vigués Domingo Villar, uno de los mejores autores en español y gallego ha fallecido a los 51 años en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde ingresó el pasado lunes tras sufrir un infarto cerebral. Ojos de agua y La playa de los ahogados recibieron importantes premios y El último barco, obtuvo el mejor de todos los galardones: quinientos mil lectores y once ediciones. No va a haber capilla ardiente por expreso deseo de la familia. La editorial del escritor ha confirmado la noticia.
Hablar de Domingo Villar es hablar de Vigo y de novela negra, por nacimiento y por elección. Nacido en la ciudad olívica en 1971, su vinculación con la urbe no fue solo por nacimiento y por familia, lo era también por elección, como escenario de novelas e intrigas.
En 2006 publicó su primer trabajo 'Ollos de auga', y con el segundo, 'A praia dos afogados', se consagró en el panorama nacional e internacional de la novela negra, con gran éxito en ventas y crítica. Fue, de hecho, uno de los nombres más importantes del país en este género y un auténtico superventas de la mano de su inspector estrella Leo Caldas.
Pero no solo dentro del territorio nacional, tanto 'Ollos de auga' como 'A praia dos afogados' han sido traducidas a más de 15 idiomas, llevando las calles de su Vigo natal más allá de las fronteras españolas.
Tras un parón, 'O último barco' fue el título de su última novela publicada, que data del año 2019, y en la que retoma de nuevo al inspector Leo Caldas. Entre medias, en 2014, se llevó a cabo la adaptación al cine de 'A praia dos afogados', dirigida por Gerardo Herrero, que contó con localizaciones de Vigo, Nigrán y A Guarda, así como con un elenco en el que estaban Carlos Blanco, Tamar Novas o Marta Larralde.
Gracias a sus obras, el autor ha cosechado un gran número de premios, como el Novelpol en dos ocasiones, el Antón Losada Diéguez, el Premio Sintagma, el Premio Brigada 21, el Frei Martín Sarmiento o el Libro del Año de la Federación de Libreros de Galicia.
También ha sido finalista de otros importantes galardones como los Crime Thriller Awards y Dagger International en el Reino Unido, del premio Le Point du Polar Européen en Francia y del premio Martin Beck de la Academia Sueca de Novela Negra.
Además, este mismo año, en el mes de marzo, Domingo Villar fue reconocido en su ciudad natal con el título de Vigués Distinguido, por toda su trayectoria literaria en la que Vigo siempre ha tenido un lugar protagonista. Su mayor reconocimiento, no obstante, ha sido su legión de lectores y el gran éxito que sus obras han cosechado entre el público.
El ictus o infarto cerebral es una enfermedad cerebrovascular que se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. Ello provoca que la sangre no llegue al cerebro con normalidad ni en la cantidad necesaria para su funcionamiento. Otra forma de llamarlo es Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis. El riesgo de sufrir esta enfermedad aumenta con la edad. Así, los estudios indican que el ictus es más frecuente a partir de los 55 años: se estima que más del 21 por ciento de la población mayor de 60 años de nuestro país -casi dos millones de personas- presenta un alto riesgo de sufrir un ictus en los próximos 10 años. Peor escenario dibuja la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que, teniendo en cuenta que en el año 2050 la población mayor de 65 años representará alrededor del 46 por ciento del total, casi la mitad podría sufrir un accidente cerebrovascular.
La edad es un factor clave a la hora de determinar el riesgo de sufrir un ictus, pero existen otros factores que deben llevarnos a tomar precauciones y a poner especial cuidado en el conocimiento de los síntomas de esta enfermedad. Por ejemplo, la hipertensión arterial, las arritmias cardiacas u otras enfermedades del corazón, la diabetes mellitus, la dislipemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, entre otros.
Mantener hábitos de vida saludables es clave para reducir el riesgo de sufrir un ictus: si bien es cierto que existen factores no controlables, otros como el hecho de fumar, no practicar deporte, consumir mucho alcohol o no alimentarnos de forma adecuada son variables que se encuentran bajo nuestro control.
En cuanto a los síntomas del ictus, los propales son la pérdida de fuerza o sensibilidad, debilidad en la cara, brazo y pierna de un lado del cuerpo, visión doble, sensación de vértigo, alteración repentina del habla y dolor de cabeza súbito.
Según asegura la Federación Española del Ictus, identificar de forma inmediata estos síntomas es "crucial en la evolución del enfermo, ya que se ha demostrado que los pacientes tratados desde el primer momento por neurólogos logran una recuperación casi total o con muy pocas secuelas".
Así, la rapidez a la hora de actual es clave para evitar secuelas. Actualmente un 30 por ciento de los pacientes con ictus presenta un problema de discapacidad -parálisis, problemas de equilibrio, trastornos del habla y déficits cognitivos- y solo el 40 por ciento de los enfermos pueden valerse por sí mismos.
Ante las primeras señales de alarma es muy importante llamar a los servicios de urgencia (112) o bien acudir al hospital lo más rápido posible, así como informar de la situación al hospital para la activación precoz del 'Código Ictus', que permite agilizar la atención al paciente y reducir secuelas.
En caso de optar por llamar a una ambulancia, es importante vigilar las constantes vitales de la víctima, aflojarle la ropa e intentar que se encuentre lo más cómoda posible, eso sí, sin mover a la persona con brusquedad, y sin sujetarla en caso de que sufra convulsiones. Tampoco debemos forzarla a hablar ni ofrecerle comida, bebida o medicamentos.
En caso de caída en estado de inconsciencia, es conveniente colocar al paciente de lado, con el brazo inferior estirado bajo la cabeza. Si dejara de respirar, y siempre que se cuente con los recursos necesarios, pueden realizarse maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Además, es importante saber que quienes hayan sufrido un ictus presentan una alta probabilidad de sufrir otro ataque similar en los tres meses siguientes, por lo que es importante permanecer alerta. Menos de un tercio de los pacientes que sufren un ictus tienen los factores de riesgo controlados, a pesar de que la mayoría recibe tratamiento.