Raffaella Carrà ha muerto a los 78 años de edad. "Nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre". Con estas palabras Sergio Japino, su pareja, ha dado el anuncio, según ha anunciado el medio italiano La República. Japino ha descrito a Carrà como una "mujer fuera de lo común, pero dotada de una sencillez asombrosa, no tuvo hijos sino hijos", en referencia a todos los que la admiraron. Carrà consideró siempre que uno de los grandes errores de su vida fue no tener hijos, pero el tiempo fue pasando y al final el tiempo de tenerlos pasó.
"Raffaella pidió un imple ataúd de madera cruda y una urna para contener sus cenizas. En la hora más triste, siempre única e inimitable, como su risa abrumadora. Y así es como todos queremos recordarla", ha señalado su pareja. "Raffaella Carrà ha fallecido hoy a las 16:20 horas, tras una enfermedad que desde hace tiempo atacaba ese cuerpo suyo tan diminuto pero tan lleno de energía desbordante", ha anunciado la RAI. Carrá siempre dijo tener un ángel de la guarda que incluso la salvó de morir en un accidente de pequeña o la ayudó a superar un cara a cara improvisado con nada menos que Teresa de Calcuta.
Raffaella tuvo dos grandes amores reconocidos. Gianni Boncompagni con quien vivió y con el que compartió algunos de sus trabajos, director de Pronto, Raffaella?, además de guionista en algunos otros de sus shows televisivos. Su otro gran amor ha sido Sergio Japino, quien ha sido su coreógrafo y ha anunciado su fallecimiento.
Su apellido artístico es un homenaje al pintor italiano Carlo Carrà, líder del movimiento futurista, un adelantado que nació en el siglo XIX y murió pasando la mitad del XX. Raffaella María Roberta Pelloni, la Carrà, también ha atravesado dos siglos, incluso dos milenios, con sus canciones, con su look, con su mensaje de avanzada, de amante del amor, de la libertad y de la tolerancia.
Raffaella Carrà cumplió 78 años el 18 de junio. Mientras la Segunda Guerra Mundial hacía estragos en toda Europa, nació en Bolonia Raffaella. Hija de padres separados, criada muy cerca de su madre y de su abuela, supo desde pequeña que quería ser libre. Y ser artista era una manera de sacarse el corsé, de hacer lo que le daba más ganas: cantar y bailar.
Promediando la década del 60, la veinteañera Raffaella quiso seguir los pasos de otras italianas que habían logrado el éxito en los Estados Unidos, como Sofía Loren y se marchó a Hollywood para probar suerte en el cine. Instalada en Los Angeles, la italiana consiguió un papel en el filme El coronel Von Ryanal, junto a Frank Sinatra. En más de una ocasión la artista comentó que el astro había intentado seducirla, y que a ella no le disgustaba, pero que sí sentía desagrado por el entorno de él. Al poco tiempo, Sinatra se casó con Mia Farrow (duraron un par de años) y con el tiempo se empezó a hablar de sus contactos con la mafia. Seguramente aquel “entorno” del que sospechó Raffaella.
Antes que muchos otros, Raffaella fue un estandarte de causas que ahora suman, pero que antes suponían un riesgo para cualquier artista. La libertad, la homosexualidad y el amor libre eran parte de su repertorio fresco que caló en una España que ansiaba la modernidad. "Libertad es la palabra para poder vivir. Por ejemplo, me alegra especialmente que en Italia se haya aprobado la ley civil de las uniones de los homosexuales. Estoy muy involucrada con este tema porque tiene que ver con la libertad de los individuos”, declaraba.
Carrà -muy famosa no solo en Italia sino también en España fue la "estrella del pop italiano que enseñó a Europa el placer del sexo", como bien explicaba hace pocas fechas el diario The Guardian. "Si es así, estoy feliz", sonrió en su última entrevista con la revista Corriere della Sera. "Por supuesto que las mujeres italianas me tienen una gran simpatía porque no son devoradoras de hombres: puedes tener atractivo sexual junto con dulzura e ironía, no tienes que ser Rita Hayworth", aclaraba siempre con simpatía.
Su primera aparición en nuestro país fue en ¡Señoras y señores! de Valerio Lazarov. Tras el éxito de este, los directivos de Televisión Española le dieron un especial de tremenda popularidad llamado La hora de Raffaella Carrà y emitido en 1976. Cuando tiempo después volvió a fichar por la televisión española ya tenía a sus espaldas 21 discos grabados –en castellano e italiano-–, diez películas y había sido presentadora de otros tantos programas en Italia, entre ellos Pronto, Raffaella? y Raffaella Carrà Show. También en España presentó otros programas como 'A las 8 con Raffaella' y 'En casa con Raffaella'.
En 1992, TVE estrenó su programa ¡Hola Raffaella!, todo un éxito. Por su plató pasaron todo tipo de personalidades como Celia Cruz, Pedro Almodóvar, Mel Gibson, Marisa Paredes, Gina Lollobrigida, Santiago Carrillo o Alaska. Icono para la comunidad LGTBI –recibió el Premio World Pride en 2017–, canciones como Fiesta o Hay que venir al sur son himnos entre la comunidad LGTBI de nuestro país. No pasó nunca de moda Raffaella que llegó a presentar La Voz en Italia. "Mejor decir que no que arrepentirse. La intuición me hace decir sí o no, y suelo acertar", confesaba en su momento a Jorge Javier Vázquez. En 1995 volvió a Italia para presentar «Carramba che sorpressa», programa que duró otras cuatro ediciones hasta 2002.