Mayte Cruz: la mejor fotógrafa de bebés de todo el mundo que convierte su estudio en un vientre materno

  • Los pequeños llegan al estudio de Mayte Cruz, la mejor fotógrafa de bebés del mundo, a los 7 o 10 días de nacer

  • El secreto de Mayte Cruz está en hacer de su estudio casi un vientre materno, también el aroma y hasta el ruido

  • Dormiditos, los bebés posan en sesiones de tres o cuatro horas.

Una española, Mayte Cruz, se ha convertido en la mejor fotógrafa de bebés del mundo, entre los miles de profesionales que se dedican a esta modalidad tan compleja, según el ránking de MyWed, comunidad compuesta por más de 60.000 profesionales.. Ella sabe mezclar su depurada técnica con mucha paciencia y ternura para conseguir fotos muy especiales. Mayte ya fue reconocida por sus trabajos en boda como acredita el segundo puesto en la comunidad española Flecha en Blanco.

Llegan con entre 7 y 10 días de vida, apenas han abierto sus ojos el mundo, pero el mundo ya no puede apartar los ojos de ellos. "Me gustan muchísimo los bebés, y creo que se pasa tan rápido que es importantísimo guardar recuerdos", reconoce. Y para eso está Mayte, y todas su fotos convertidas en los recuerdos imborrables de una número uno.

"Cuando entré en mi perfil y vi ahí la categoría de la mejor fotógrafa de bebés del mundo me quedé un poco abrumada, la verdad", reconoce. Pero lo que sí que impactan son sus retratos. Con técnica sí, pero también inocencia, ternura, felicidad. Su secreto está en hacer de su estudio casi un vientre materno, también el aroma y hasta el ruido. Y dormiditos posan en sesiones de tres o cuatro horas.

"Estoy muy agradecida de que me dejen su bien más preciado, que es su bebé, que me dejen tocarlo, colocarlo para hacerle la foto y convertirlos en pequeños jedis o en caperucitas rojas", confiesa Maite. Y sí. La trayectoria de la fotógrafa comenzó con las bodas: "Me encantan; me lo paso pipa. De hecho empecé con los bebés porque a los novios a los que hacía fotos de casado después venían con sus hijos". Y ya es la número uno.