Estamos ante una novela histórica que nos traslada a la Unión Soviética, y a la Siberia de la década de los años 30 y 40, cuando Stalin estaba en el poder y aplicó la colectivización agraria forzosa. Una decisión que llevó a un enfrentamiento entre las fuerzas del Estado y los campesinos insurgentes, los kulaks, propietarios de grandes explotaciones. A esta categoría pertenece nuestra protagonista, Zuleijá.
Nos encontramos con este personaje, una tímida musulmana que tiene 30 años, y vive con su marido y su anciana suegra, empeñada en castigarla por no darle nietos. Ellos pertenecieron a aquella primera ola de desterrados, que en 1937 llegaría a convertirse en la Gran Purga estalinista.
Una de las cientos de miles de familias que fueron arrestadas, deportadas a Siberia tras serles confiscadas sus tierras, y cuando no ejecutadas. Este viaje hacia el destierro dura meses y los acontecimientos durante ese trayecto por el río Angará ocupan una parte de la novela, lo que la convierte en una especie de Doctor Zhivago que lleva al lector a impregnarse de una de las tragedias del siglo XX.
Zuleijá abre los ojos (Acantilado) es la primera novela de Guzel Yájina, que basó esta historia en las vivencias de su abuela. Una obra intensa, de abuso, arbitrariedad y dolor, pero también de liberación, que está llamada a figurar entre los clásicos de la literatura rusa. Es la obra que esta semana nos recomienda Concha Quirós, de la librería Cervantes (Doctor Casal, 9, Oviedo). Una parada obligatoria en la capital asturiana, con casi un siglo de historia.