Joaquín Sabina se ha visto obligado a suspender uno de sus conciertos en Madrid por tercera vez. Hace dos años se quedó sin voz en el mismo escenario en el que el pasado miércoles sufrió la caída, y en el año 2014 sufrió un ataque de ansiedad poco antes de finalizar su actuación, tuvo un ataque de pánico.
Desde el ictus que sufrió el cantante en el 2001 trata de cuidarse, él es un superviviente empedernido. Alguna vez, después de declarar ese mismo año que dejaba de fumar, ha vuelto a pecar, pero jamás ha traicionado a la verdad. En 2014 reconoció en directo que estaba sufriendo miedo escénico y terminó el concierto entre lágrimas.
Joaquín Sabina se ha tomado tiempos de descanso y ha reaparecido riéndose de su sombra porque sus achaques son menos que sus musas.
Hace dos años, a la hora y media de actuación abandonó por afonía en el mismo escenario en el que ha tenido el último percance, en el del Wizink Center. Este jueves ha sido operado satisfactoriamente de un coágulo cerebral, según han confirmado su representante desde la misma Clínica Rúber Internacional. Sabina ingresó anoche tras sufrir una aparatosa caída en el concierto en el Wizink Center de Madrid, junto a Joan Manuel Serrat.