“'Cal viva' es 'Papá, cuéntame otra vez' más el 15-M”, Ismael Serrano en conversación con Daniel Serrano

  • Daniel Serrano publica ‘Cal viva’, el conflicto generacional de la izquierda con la Transición de fondo

“Dani tenía el papel de hermano mayor”, recuerda el cantautor Ismael Serrano la tarde en que NIUS le propone un diálogo con su hermano, Daniel Serrano, periodista y autor de la recién publicada Cal viva; una novela que gira en torno al conflicto generacional entre un padre, Tristán Díaz, prototipo de la “izquierda instalada” desde la Transición, y su hijo, Ernesto, que le reprocha la traición a sus ideales juveniles; una izquierda que sufrió las torturas de Billy el niño y tan solo unos años después tuvo que tragar con los asesinatos de los GAL, alguno de ellos encubierto malamente con la cal viva que da título al libro.

Hay mucho más: la nostalgia por la infancia perdida, la ilusión perdida, la juventud perdida, el amor perdido y un anhelo siempre aplazado por “la revolución y nosotros que la quisimos tanto”. La Transición contada con la mirada de un niño de Vallecas del 71; el barrio madrileño “con fuerte sentido de comunidad” en el que creció con su hermano Ismael.

Ismael Serrano: Las cosas que le gustaban a tu hermano mayor acabas heredándolas tú. Daniel grababa canciones de la radio y luego yo las escuchaba. Recuerdo especialmente el Entre amigos de Luis Eduardo Aute, se emitió entero por la radio y él lo grabó con todos los comentarios. Luego me acerco a otras cosas como cuando a él le dio por el rock radical, desde Kortatu a La Polla Records.

Daniel Serrano: Fue una infancia apacible, de barrio, cuando llegamos a tener una mayor conexión es en la primera juventud, en la universidad. Compartes intereses, vas a los mismos conciertos, viajas por Europa en Interrrail.

NIUS: En la novela, que está escrita de manera fragmentaria, con saltos en el tiempo hacia atrás y adelante, Vallecas tiene bastante peso.

Daniel: Sí, más allá del barrio, por el recuerdo de la infancia. Hay un capítulo en el libro que cuenta el reencuentro con los compañeros de colegio. Ahí no se habla de política, sino de cuestiones sentimentales. El mundo se ha vuelto muy complejo para Ernesto y, de repente, recuerda con el amigo cómo pasaron juntos un verano. Ese momento de la infancia en el que te unes a un chaval del colegio con el que apenas habías hablado: vas por la calle, tomas un helado, hablas de lo que viste en la tele la noche anterior… Esa simplicidad al protagonista le lleva a un sitio mejor.

Ismael: Echas de menos eso. Estabas a salvo del desencanto. No existía a esa edad. A mí me encanta ese capítulo. La ociosidad de la adolescencia, si se puede decir así. Pasas el tiempo en un banco en el parque, comiendo pipas y no haces nada.

Daniel: La película Barrio refleja muy bien ese momento de la adolescencia.

Ismael: Sobre Vallecas se podría decir lo que dicen sobre el gueto en la serie The Wire: “Puedes irte del barrio, pero el barrio sigue en ti”.

No me gustaría que la gente se acercase a la novela como a un libro militante de uno u otro lado. Yo escribo para comprender. (Daniel Serrano)

NIUS: La familia también juega un papel fundamental en Cal viva. ¿Se parece mucho o poco a la vuestra?

Ismael: Nosotros no hemos vivido ese conflicto generacional.

Daniel: Yo ahí discrepo. Recuerdo una discusión con papá y con algún amigo suyo. Hablábamos de los GAL, de Felipe González y, en cierto momento, él se siente agraviado porque un chaval que no tiene 18 años le dice que todo esto es una mierda, que el felipismo es lo peor que ha habido en el mundo. Pero luego nos hemos ido encontrando. No somos como la familia de la novela. Para empezar, Ernesto es hijo único y yo creo que bastante de la carga que lleva encima viene de no haber convivido con hermanos.

NIUS: Pero sí hay una línea que une vuestra célebre canción, Papá cuéntame otra vez, y Papá cuéntame otra vezCal viva.

Ismael: Creo que sí. El hijo es alguien que se siente identificado con la canción. Es cierto que Papá, cuéntame otra vez es fruto de una cierta arrogancia de la juventud porque supone una enmienda a la totalidad -que a lo mejor no es justa- y el protagonista de Cal viva también cree que el relato de su padre omite una parte de claudicación que él siente como un agravio.

Daniel: Yo creo que Cal viva va un poco más alláCal viva. Es Papá, cuéntame otra vez más el 15-M más el paso de los años. Es curioso. En la novela puede haber cierta crueldad a la hora de establecer el relato del padre y, sin embargo, al final hay un fondo de ternura. Lo mismo le pasa a la gente del 68 con Papá, cuéntame otra vez. Les enternece porque estás hablando de su juventud. En Cal viva, también hay algo de eso. No me gustaría que la gente se acercase a la novela como a un libro militante de uno u otro lado. Yo escribo para comprender. Escribo los personajes intentando comprender su punto de vista. El capítulo que más me gusta es aquel en el que me pongo en la piel de una señora, votante de Vox, que no es una señora monstruosa.

Ismael: Yo digo una cosa cuando presento la canción, y creo que está también en la novela. Tu escribiste esta canción haciendo ese reproche al relato de nuestros padres pero, pasado el tiempo, te dices, bueno, ellos al menos tenían un relato…

Daniel: Ahí no estoy de acuerdo.

Ismael: … No sé si nosotros hemos sabido construir un relato.

Daniel: Yo creo que las circunstancias eran otras. Te he oído eso en muchos conciertos y, a veces, me jode oírlo, porque al final supone admitir la derrota de nuestra generación y de los que vienen después y de los que han intentado hacer algo.

Ismael: No digo eso, claro, la historia no ha terminado, siempre añado que estamos a tiempo de construir ese relato. Pero yo creo que nuestra generación ha sido una generación puente, no es la que protagoniza el 15-M.

Hay una generación que se siente como rehén. Una generación que simplemente quería sentirse protagonista de su tiempo. No fue así. Los de la Transición ganaron y se quedaron (Ismael Serrano)

NIUS: ¿Somos una generación conformista?

Daniel: No lo sé. Aunque suene grandilocuente, este libro habla de España. Como se suele decir, somos un país donde tenemos un Dos de mayo y el tres no sabemos qué hacer. Un país de explosiones que no articula revoluciones. ¿Nuestra generación conformista? Fue conformista mientras todo fue medianamente bien. Pero los chavales ahora ya no escuchan aquello de “tú no te preocupes, que las cosas van siempre a mejor”.

Ismael: Hay una generación que se siente como rehén. Una generación que simplemente quiería sentirse protagonista de su tiempo. No fue así. Los de la Transición ganaron y se quedaron.

Daniel: Yo creo que lo que quiere Ernesto es ganar. La generación de la Transición ganó y se quedó instalada. La generación que vino después no ha tenido una victoria común. No han construido algo tan grande como la democracia. Lo que quiere es ganar y romper los márgenes estrechísimos de cierta izquierda. Hay un momento en la novela en el que el personaje dice que el PSOE lleva moderándose desde que murió Franco y todavía no ha parado.

Ismael: Tú, Dani, conoces más al personaje, pero yo creo que Ernesto ni siquiera busca una revolución de máximos. Ni siquiera trata de tomar La Bastilla. Son cosas más elementales como derogar la reforma laboral. No se trata de impugnar el sistema, sino de que no vayamos para atrás y avancemos un poquito.

NIUS: ¿No temes que el título pueda ofender a ciertos votantes históricos del PSOE?

Daniel: Elegí un título que era provocador, que creo que tiene fuerza, pero quiero que los votantes socialistas lean el libro sin miedo a sentirse ofendidos. No es un libro sectario ni maniqueo. Yo creo que Pablo Iglesias, cuando habla en el Congreso de cal viva y se dirige a la bancada socialista, no es consciente de que era como tocarles un nervio al descubierto. Él viene de una cultura de la movilización que está a la izquierda del PSOE, donde eso se ha mencionado siempre, y no se da cuenta de que puede herir sensibilidades.

NIUS: Comentabas antes que es una novela sobre España

Daniel: Me lo dijo el editor tras la primera lectura y me gustó: “Hay un gran amor a Madrid, que digo a Madrid, a España”. A mí me gustan las novelas que hablan de un lugar concreto. No sé por qué la gente escribe sobre sitios abstractos o coloca a sus personajes en Nueva York en vez de Zamora.

Ismael: A mí lo que más me ha gustado de la novela es su sinceridad. Entender a personajes como Tristán, los vínculos que se establecen, la mirada de la madre, un personaje que da luz dentro de tanto desencuentro, y me encanta la carta final del protagonista. Me emociona reconocer espacios físicos y sentimentales.

Daniel: Cal viva está llena de referencias. He querido introducir hitos olvidados. Sí, está Billy el niño, olvidado hasta hace poco; está la muerte de Lucrecia, la inmigrante de Aravaca; está algo que se nos ha olvidado, que el Gobierno de Felipe González metía a gente en la cárcel por no querer ir a la mili; están las manifestaciones estudiantiles del 87, con el Cojo Manteca rompiendo farolas por la calle de Alcalá; y se mencionan muchos asesinatos de la ultraderecha en la Transición, porque uno de los falsos mitos de la Transición es que no fue sangrienta.

Creo que, en el fondo, Franco lo dejó todo bien atado porque, siempre que nos acercamos a un momento de ruptura, damos marcha atrás (Daniel Serrano)

NIUS: Hay una frase que se repite con variaciones: “Ganó el miedo, como casi siempre en España”.

Daniel: Porque más allá de la cuestión generacional, los países tienen una corriente subterránea que nos va llevando a sitios más o menos similares.

Ismael: Hay el trauma de una guerra civil y cuarenta años de dictadura que marcan y empujan a eludir la política.

Daniel: Cuando Franco dijo que dejó “todo atado y bien atado”, yo creo que en el fondo lo dejó, porque siempre damos marcha atrás cuando nos acercamos a una ruptura.

NIUS: En ese sentido, Cal viva se inscribe en la corriente crítica con la Transición.

Daniel: Sí. Puedo admitir que la Transición se hizo como se pudo, pero no acepto convertirla en un relato mítico. Lo ha escrito Javier Cercas en su libro del 23-F. No se puede vender como un momento heroico del pueblo español. El 23-F España se metió debajo de la cama salvo algunas excepciones: el editorial de El País, Suárez, Carrillo, Gutiérrez Mellado, pero hasta la actitud del rey se ha llegado a revisar.

NIUS: Terminamos. ¿De qué se habla en las comidas familiares de los Serrano Morón? ¿Son frecuentes?

Ismael: Sí, nos vemos mucho. Quedamos los fines de semana a comer en casa de mis padres. Se habla mucho de política.

Daniel: Lo que pasa es que los radicales ahora son mis padres.

Ismael: Son más radicales por inflexibles (risas)… Eso no lo pongas.