El 'índice de las botas de Vimes', la teoría económica del 'Mundodisco' que explica la desigualdad en Reino Unido
La teoría de las botas de Vimes explica los motivos de la desigualdad socioeconómica en el imaginario 'mundodisco' creado por el escritor británico Terry Pratchett
La organización que guarda el legado del escritor ha autorizado al activista Jack Monroe a utilizar el nombre “Vimes Boots Index” como nomenclatura de su nuevo índice de precios
El objetivo del índice es documentar los "precios insidiosamente crecientes" de los productos alimenticios básicos
Que el mundo en el que se desarrollan las historias de aventuras, magia y fantasía de Terry Pratchett sea plano y descanse sobre los hombros de cuatro elefantes que viajan por el Universo a lomos de una enorme tortuga marina dice mucho de un autor que fue el creador de algunas de las historias de espada y brujería más hilarantes de este género literario. Pero las obras de Pratchett no solo destilan un genial humor británico, también aportan brillantes reflexiones sobre la sociedad en la que vivimos los que no formamos parte de su 'Mundodisco'.
La 'teoría de las botas de Vimes' aparece en la decimoquinta novela de la serie de 'Mundodisco' que lleva por título 'Hombres de armas'. Y ahora, además, va a dar nombre también a un índice de precios creado por la escritora gastronómica y activista contra la pobreza britñanica, Jack Monroe.
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El índice, según informaba esta semana 'The Guardian', se ha creado tras la publicación del dato la semana pasada de que la inflación en Reino Unidos había crecido un 5,4%. La necesidad de este nuevo indicador esta justificada, según su creadora, porque en su opinión, el índice oficial que usa el gobierno británico para medir el alza del IPC "subestima enormemente el costo real de la inflación en la gente que menos tiene”. Monroe ponía como ejemplo que el precio de un producto tan básico como el arroz se ha incrementado un 344% en tan solo una década.
Entusiasta acogida por los herederos de Pratchett
La idea de llamarlo 'índice de las botas de Vimes' ha sido acogido con entusiasmo por los herederos del legado de Pratchett. Su propia hija, la también escritora, Rhianna Pratchett, ha manifestado que su padre se habría sentido orgulloso de ver su trabajo utilizado de esta manera.
La hija del escritor ha declarado: “Mi padre usó su ira por la desigualdad, el clasismo, la xenofobia y la intolerancia para ayudar a impulsar el núcleo moral de su trabajo. Uno de sus pararrayos más famosos para hacer esto fue el Comandante Vimes de la Guardia de la Ciudad de Ankh-Morpork, un hombre cínico, pero agradable, que intenta superarse a sí mismo mientras critica las injusticias que lo rodean".
“La reflexión de Vimes sobre lo caro que es ser pobre a través del costo de las botas fue una evaluación nítida de la injusticia socioeconómica. Y una que es muy pertinente hoy en día, cuando los más vulnerables a menudo son los más afectados por las medidas de austeridad y se ven a la deriva de la protección y la empatía. Si bien ya no tenemos a Vimes, tenemos a Jack y papá estaría orgulloso de ver su trabajo utilizado de esa manera”.
La teoría económica de las botas de Vimes
La teoría de las botas deviene del siguiente pasaje de la novela, que se ha colgado en las antiguas redes sociales del autor para respaldar la iniciativa de Monroe:
"La razón por la que los ricos eran ricos, razonaba Vimes, era que se las arreglaban para gastar menos dinero. Tomemos el caso de las botas, por ejemplo. Él ganaba treinta y ocho dólares al mes más complementos. Un par de botas de cuero realmente buenas costaba cincuenta dólares. Pero un par de botas, las que aguantaban más o menos bien durante una o dos estaciones y luego empezaban a llenarse de agua en cuanto cedía el cartón, costaban alrededor de diez dólares. Aquella era la clase de botas que Vimes compraba siempre, y las llevaba hasta que las suelas quedaban tan delgadas que le era posible decir en qué lugar de Anhk-Morpork se encontraba durante una noche de niebla solo por el tacto de los adoquines.
Pero el asunto era que las botas realmente buenas duraban años y años. Un hombre que podía permitirse gastar cincuenta dólares disponía de un par de botas que seguirían manteniéndole los pies secos dentro de diez años, mientras que un pobre que solo podía permitirse comprar botas baratas se habría gastado cien dólares en botas durante el mismo tiempo y seguiría teniendo los pies mojados."
Un IPC para los que menos tienen
En un tuit publicado el pasado miércoles, la activista contra la pobreza Jack Monroe anunció que el índice ya está empezando a marcar la diferencia y que la Oficina de Estadísticas Nacionales ha admitido que la "tasa de inflación no sirve para todos”.
Monroe escribió: “Encantada de poder decirles que @ONS acaba de anunciar que van a cambiar la forma en que recopilan e informan sobre el costo de los precios de los alimentos y la inflación para tener en cuenta una gama más amplia de niveles de ingresos y circunstancias del hogar”, usando el hashtag #VimesBootsIndex.