Hace justo 30 años, la muerte de Freddie Mercury conmocionaba al mundo entero. Para entonces el provocador cantante llevaba tiempo fuera de la vida pública y corrían todo tipo de especulaciones. Sus canciones, como himnos, han sido cantadas por varias generaciones trascendiendo el tiempo y el viento.
Freddie Mercury con su energía imparable ha trascendido, a pesar de todas sus sombras y de su mala fama de juerguista y promiscuo.
Su carisma y su extraordinaria voz enamoraron al mundo. Ni Freddy ni Mercury su verdadero nombre era Farrokh Bulsara y nació en Tanzania en el seno de una familia conservadora de sus tradiciones, pero el cantante de Queen llegó a Londres para comerse el mundo y llevarse la corona de reinona.
Así a golpe de voz se puso la corona de Queen, una de las mayores bandas de rock de la historia. Su personalidad arrolladora pudo con todo hasta con la enfermedad que no pudo pararlo.
Poderoso sobre el escenario y vulnerable, fuera de él cuando se convertía en el hombre que buscaba acompañar su soledad y para eso le valían las drogas y las malas compañías.
Freddy Mercury cantó aquello de 'I want to break free' para él y para todos. También para su amiga, la princesa Diana de Gales a la que vistió con un uniforme de camuflaje y gafas oscuras para llevarla de incognita a un bar gay de Londres.
La historia habría ocurrido una noche de 1988 y Lady Di, tenía 27 años. Llevaba ocho de casada y se convirtió en amiga del presentador Keny Everett, a quien admiraba desde niña. Comenzaron a frecuentar reuniones y comidas. Así conoció a Freddie Mercury en una noche en la que Diana cenaba con Kenny y este llamó por teléfono al ya famoso cantante de Queen y le dijo que viniera; al poco tiempo estaban Freddie, Diana, Kenny y otra amiga sentados en el sofá frente a la tele riéndose de los chistes del músico.
La noche terminaría en un bar gay llamado Vauxhall Tavern con Diana vestida con una chaqueta militar de camuflaje, el pelo recogido bajo una gorra y gafas oscuras de aviador. Así se paseó por la barra, pidió un vino blanco y una cerveza y se quedó con Freddie, mientras él se movía para desviar la atención de ella, según la anécdota contada en el libro 'The Power of the positive drinking' (Square Peg, 2013).
La vida privada de Freddie Mercury se convirtió en objetivo de la prensa. Mary Austen fue el amor de su vida y allá le dedicó la inolvidable 'Love of my life' . Ella fue su compañera hasta el final y este fue su último videoclip grabado en blanco y negro para disimular su deteriorada salud a causa del sida. El líder de Queen dejó el grueso de su herencia, valorada al cambio de hoy en unos 37 millones de libras esterlinas entre casas y activos líquidos, a su novia de juventud y gran amiga, Mary Austin.
También le dejaba la parte más codiciada: la parte proporcional de los derechos de autor de todo su legado artístico como miembro de la multimillonaria banda. El peluquero irlandés Jim Hutton -al que le unía una relación sentimental de siete años- y tres amigos, Joe Fanelli, que le hacía de asistente y chef; su relaciones públicas, Peter Freestone, y su chófer, Terry Giddings recibieron parte de la misma pero menos de lo esperado. Freddie Mercury dejó claro quién había sido para él, el amor de su vida.
El 23 de noviembre de 1991, Freddie Mercury anunciaba al mundo que tenía Sida, esa enfermedad letal que estigmatizó la homosexualidad y aumentó la homofobia. "Ha llegado el tiempo de que mis amigos y todos mis fans alrededor del mundo conozcan la verdad y espero que todo el mundo se una a mí, a mis médicos y a todos los que están luchando contra esta terrible enfermedad”, anunció provocando una visibilidad mundial de la enfermedad. Horas después Freddie Mercury fallecía. Su leyenda sigue viva: 30 años después el espectáculo continúa.
En una entrevista con 'The Telegraph', su madre, Jer Bulsara, explicó que, horas antes de su muerte, el cantante estaba preocupado por el efecto que los medios tendrían en su familia. "No te tienes que preocupar por nosotros ahora", le dijo su madre. "Él nos protegía al no hablar de esos temas con nosotros. Ahora es diferente, pero entonces hubiese sido muy duro para él decírnoslo y nosotros respetamos sus sentimientos", explicó su madre, que falleció en 2016 a los 94 años.