La capital andaluza, Sevilla, agota las últimas horas de una Feria de Abril que arrancó hace una semana con muchas ganas y con un abarrotado 'pescaíto'. Y es que el Real llevaba dos años sin casetas y sin el tradicional 'alumbrao' con el que se daba el pistoletazo de salida.
Se echaba tanto de menos que se han batido todos los récords y se han superado las cifras anteriores a la pandemia de covid. Se hizo larga la espera y se contaban los días. "Se me han puesto los vellos de punta porque teníamos mucha ilusión y llevábamos mucho tiempo esperando", admiten los habituales del festejo.
Y aunque se ha aprovechado cada instante durante estos siete días, la Feria se ha vuelto a pasar "volando", por lo que algunos de los presentes señala que haría falta "otra semana más, debería durar dos". Se ha bailado, se ha comido, se ha bebido y se ha reído. En definitiva, se ha disfrutado a lo grande.
Hay quien apura cada minuto. "Desde el domingo llevamos viniendo. Venimos de día, vamos a casa, nos duchamos, descansamos y venimos otra vez por la noche", indica una señora vestida de flamenca, añadiendo que "da pena" porque "se ha acabado todo esto". Otra mujer subraya que Sevilla "es muy especial, como dice la canción".
Nadie ha querido perdérsela. Ni los sevillanos, más orgullosos que nunca, ni los extranjeros, por lo que ha supuesto que en esta edición se haya batido récord de visitantes y también de ocupación.
Un gran espectáculo de pólvora pondrá punto final a la primera Feria de Abril de después de la pandemia, y en la mente de todos ya hay una única idea: el comienzo de una nueva cuenta atrás para disfrutar de la de 2023.