Jo Nesbø: “Hay más propaganda en los medios de comunicación que información real”

Encontrarse con Jo Nesbø por Madrid es ya una tradición que se repite cada vez que tiene un nuevo caso entre manos. Y nunca se ha enfrentado a uno tan oscuro. El escritor noruego, el superviviente del boom de la novela negra nórdica, publica Cuchillo (Random House), otra obra adictiva en la que su policía fetiche, Harry Hole, será dominado por una destructora sed de venganza. Según Nesbø, "será un antes y un después en su vida, porque algo terrible le dejará muerto por dentro, vacío". Y hasta ahí podemos contar para no hacer spoiler.

Y por supuesto hay un malo, muy malo, muy bien descrito, de nombre Svein El Prometido Finne. Un sanguinario violador múltiple, a quien Hole atrapó hace tiempo y que acaba de cumplir condena. Pero no es el asesino superior, inteligente que nos describió en El muñeco de nieve. El Prometido es más inquietante. ”Finne es el peor de los monstruos. Nos representa al monstruo que la naturaleza necesita combatir porque es racional a la hora de actuar y cuando describe sus actos se muestra fascinado”. Y a los lectores nos da miedo su carisma.

Cuchillo hace el número doce de los casos de Harry. Ese policía que conocimos en El murciélago, a quien su padre, Jo Nesbø, le dio 32 años, un físico imponente (1,92 de altura), un pelo rubio y unos ojos claros siempre enrojecidos. Solitario, tozudo, lleno de contradicciones, a veces brutal (sobre todo consigo mismo más que con los demás) y un alcohólico sin remedio. Ahora, con algunos años más, y con más whisky en su cuerpo maltratado por la mala vida, se meterá de bruces en un camino sin retorno para el que ya no hay vuelta atrás. “Es mi novela más violenta desde el punto de vista psicológico y mental”.

Pregunta. ¿Qué se siente después de inventar una escena aterradora y describirla sobre un papel durante varias páginas?

Respuesta. Algunas surgen como una pesadilla. Algunas de mis mejores y peores ideas las he tenido entre las cinco y las siete de la mañana, cuando estoy medio dormido. Otras surgen después de horas de trabajo sobre un borrador, evidentemente. Pero el caso de Svein Finne es el tipo de personaje que ha nacido a las cinco de la mañana.

P. ¿Qué lleva antes a un asesinato, la ambición, la búsqueda de poder o los celos?

R. Ja, ja, ja… En la mayor parte de los casos creo que el asesinato no es una buena idea para empezar, sobre todo si el fin es promover tu bienestar o tu éxito personal. Los patrones destructivos mentales son los que llevan a la gente a matar, por eso creo que los celos son el patrón número uno.

P. ¿Puede que hasta le haya asustado su fascinación por el mal?

R. Cuando era pequeño, recuerdo que en clase tenía un compañero que lo que hacía era cazar moscas en el alféizar de la ventana. Tenía unas pinzas para aplastarlas y para arrancarles las patas y las alas. Después las ponía otra vez en la ventana para ver si se iban volando. Aquello sí me daba miedo, y me parecían terribles aquellas pinzas para torturar. Pero al mismo tiempo sentía curiosidad por ver si la mosca podía volar después de ser mutilada. ¡Esa mezcla! Por un lado el miedo al monstruo, y por otra ese deseo de compartir parte de mi mente con la de él.

Como vemos, ya desde niño apuntaba maneras. Después de ser futbolista, compositor, rockero y tiburón de bolsa acabó inventando el personaje con el que todo escritor sueña. Cuando no tiene un asesinato entre manos, le gusta escalar rocas para superar el miedo a las alturas. “El mundo de mis libros no da miedo, te diría que da más miedo el mundo real, que se nos presenta como un camino al infierno.”

P. Veo cierto pesimismo en esas palabras.

R. No, todo lo contrario. Ese mundo infernal lo presentáis los medios de comunicación. Si miramos las estadísticas de los últimos 50 años tenemos razones para no ser tan pesimistas. Creo que la civilización está mejorando. El mundo es cada vez menos violento, hay menos personas que mueren, es mayor el porcentaje que entra en la clase media, más gente alfabetizada... Evidentemente quedarnos satisfechos con la situación presente es peligroso. La preocupación en buena para seguir avanzando.

P. ¿La alerta sobre el cambio climático, la postura de los negacionistas, también cree que es una invención de los medios?

R. El mundo está sumido en una guerra de información. Hemos llegado a una situación un tanto caótica. Hay más propaganda en los medios de comunicación que información real. Nosotros lo único que podemos hacer es cambiar nuestros hábitos.

Jo Nesbø lleva escrito en la cara, algo que también tiene su policía, cierto pesimismo que él niega tenga que ver con la tristeza escandinava. “Eso es un mito. En Noruega tenemos los índices de felicidad más altos de Europa. Tengo muchas cosas en común con Harry, amamos las mismas tradiciones, el aspecto analítico, somos solitarios, pero no participo de esa falta de esperanza”.

P. ¿Qué lee un autor de novela negra?

R. Últimamente filosofía; los filósofos clásicos, Hume, Descartes, Lock. Quiero estar a la altura de mi hija. También he vuelto a mis lecturas de juventud. Hemingway era mi autor favorito. Volver a él, releerlo, ha sido un poco decepcionante. No lo encuentro tan bueno como lo recordaba.

Nesbø, a su pesar, ya se ha convertido en una estrella, con agente personal y con más de 40 millones de libros vendidos y traducidos a 50 idiomas. La culpa la tiene Harry Hole, ese policía imprevisible que ha rodeado de unos personajes secundarios llenos de matices. Tengan cuidado si caen en su redes. Si Hole te caza, ya no te soltará.