No le prestó su voz ni le puso su cara pero fue Darth Vader. David Prowse llevaba olvidado cerca de 30 años cuando una conversación informal entre los cineastas mallorquines Marcos Cabotá y Toni Bestard lo devolvió a la actualidad. Durante una cena hablaron del actor que había interpretado al villano en las películas de la trilogía original de Star Wars. Cabotá, un fan incondicional, había intentado sin éxito que apareciese en su ópera prima y volvió a contactar con él para proponerle participar en un corto documental sobre su vida. "Enseguida, cuando nos sentamos con él y estuvimos hablando, nos dimos cuenta que no era un corto documental sino una película documental lo que teníamos que hacer", rememora Cabotá.
El paso de Prowse por La guerra de las galaxias estuvo maldita. Ex campeón de halterofilia y con 1,98 metros de altura el actor había encontrado un nicho trabajando en papeles secundarios (La naranja mecánica) y de serie B haciendo de monstruo (Casino Royale, The Horror of Frankenstein y Frankenstein and the Monster from Hell). Sus características físicas lo hicieron ideal para asumir el rol del señor del lado oscuro. Pero no así su voz. George Lucas, el creador de la saga, lo tuvo claro desde un primer momento pero nunca se lo dijo. "David se llevó muchas decepciones pero siempre en una sala de cine. No fue hasta el estreno de la primera película cuando descubrió que habían cambiado su voz por la del actor James Earl Jones". Ese fue el primero de muchos otros desaires que incluyeron también que en El retorno del Jedi, en la única escena de toda la trilogía original donde dejaría a un lado su casco para enseñar finalmente el rostro, fuera sustituido por otro actor.
Es la triste historia de Darth Vader que cuenta el documental I Am Your Father. El título hace referencia a la frase más popular de Vader, una escena cumbre de Star Wars y además el momento en el que Prowse comenzó a caer en desgracia. Los creadores de la saga le acusaron de filtrar a la prensa que el villano era en realidad el padre del protagonista durante el rodaje de El imperio contraataca. "No es cierto, nosotros demostramos con entrevistas que Prowse grabó en el set la frase 'Obi-Wan mató a tu padre' y que fue después en el doblaje cuando le pidieron a Earl Jones sustituirla por 'Yo soy tu padre' para mantener seguro el giro argumental de la película", afirma el responsable del documental.
El actor siempre dijo que fue también en el cine donde descubrió sorprendido el secreto parentesco de su personaje con el aprendiz de Jedi pero nunca logró convencer a George Lucas de eso. Fue el comienzo de una disputa que acabó enconándose y derivó en que Lucasfilm rompiera todo tipo de lazos con el malogrado intérprete. A pesar de su papel central en la franquicia, ni siquiera años después fue invitado a participar en los eventos oficiales organizados en torno a los filmes. Una fuente de ingresos formidable para antiguos protagonistas de la saga. Un exiliado Darth Vader del universo Star Wars tuvo que buscarse la vida en actos que no contaban con el respaldo de la compañía.
Una forma de actuar de Lucasfilm, según Marcos Cabotá, que no reconoce la importancia de Prowse en la conformación del personaje. "No le dieron ninguna indicación sobre el papel, solo que no anduviera rápido, David fue el que construyó a Vader y le imprimió la forma de andar o moverse y fue capaz además de dotarlo de emociones a pesar de tener cubierto el rostro completamente".
Entre los objetivos del documental, nos confiesa su codirector, estuvo que George Lucas o su compañía se reconciliaran con Prowse y le devolvieran el lugar que le correspondía junto a sus compañeros de la trilogía original. La idea era un plano final con ambos dándose la mano. Pero no pudo ser. El hombre que puso su cuerpo y su alma a uno de los villanos más icónicos de la historia del cine siguió soñando a sus más de 80 años en volver al papel de su vida en alguna de las nuevas apariciones del personaje en sucesivos estrenos. El teléfono nunca sonó. Sin embargo, nos cuentan, nunca renegó de Darth Vader ni siquiera aunque acabara siendo devorado por él.