Desde ayer oficialmente estamos en Carnaval. Otra tradicional fiesta que este año no se celebrará por la pandemia de coronavirus No veremos los desfiles de disfraces ni en nuestro país ni fuera de nuestras fronteras. Y no es la única celebración afectada en estas fechas porque deslucido ha quedado también el Nuevo Año Chino.
Febrero es sinónimo de Carnaval o era. Porque esta año con la pandemia poca juerga se espera.
En España, en lugar de desfiles y redobles de tambores hemos visto redobles de controles, por ejemplo, en Tolosa. Allí agentes municipales y Ertzaintza vigilan desde el acceso al pueblo.
En las calles hay algo de color para mantener el espíritu pero con el toque de queda todos a casa.
El mismo panorama de no carnaval hay fuera de nuestras fronteras.
Las fiestas se han suspendido en Alemania. Allí la actividad social y económica sigue cerrada por la pandemia. “Es muy triste pero que le vamos hacer”, declara una pareja de payasos.
En Colonia miles de disfraces abarrotaban una plaza de la ciudad hace un año. Allí hoy solo quedan algunos entusiastas. “Hay que divertirse como sea”, comentan algunos que se resisten a que el carnaval desaparezca por completo.
En casa se han quedado algunos en China. Allí el Gobierno ha pedido a la gente que no viaje para reencontrarse con los suyos para evitar más contagios.
Los más obedientes han recibido el Año Nuevo desde la pantalla, donde han visto una gala anual hasta arriba de público. Ha sido un espectáculo con realidad virtual e invitados de honor. Jackie Chan ha puesto banda sonora en un homenaje a los héroes de la pandemia.