Orojondo ha creado el mejor calendario millennial: "Voy contagiando a España de mamarrachismo"

Orojondo es un lujo que solo los millennials nos podemos permitir. Sus imposibles collages te abren las puertas a un universo (presidido por Britney Spears) del que ya no podrás salir, una vez cruces el umbral de la fantasía.

¿La mejor forma de entrar? A través de su calendario. Un conjunto de ilustraciones y fechas dignas de recordar que eliminará la mediocridad de tu vida desde el mismísimo momento en el que te hagas con uno.

Charlé con el creador del proyecto artístico Orojondo para que me contase cómo es eso de diseñar el mejor calendario de ciencia ficción costumbrista.

Pregunta: ¿Qué es Orojondo?

Respuesta: Yo siempre digo que Orojondo es la respuesta de una generación que ha crecido viendo 'Los vigilantes de la playa' en una televisión con flamenca y tapete.

O sea, tu generación

Mi generación, y cada día la de más gente.

¿Y tú como te consideras, cómo te llevas con el término 'milllennial'?

Yo, bien. Me considero millennial, claro. Cuando leí el término me gustó. Nosotros no somos ni nativos digitales ni gente analógica. Me siento muy cómodo como millennial, y me gusta mucho mi generación.

¿De dónde nace la idea de hacer un calendario con efemérides de las que nos importan de verdad?

[Hola, soy Perra de Satán y estoy aquí interrumpiendo esta entrevista para recomendarte que, antes de seguir leyendo, te veas el vídeo de ahí arriba, en el que el mismísimo Orojondo repasa sus fechas del año favoritas, así entenderás mejor de qué va todo esto. Hasta luego, guapa, gracias por leer esto].

No sé muy bien de dónde me viene la idea, pero lo que es cierto es que cuando acabé la universidad necesitaba algo para ganar dinero, porque se acababan las becas del Estado, y se me ocurrió Orojondo. Surgió como un tema para hacer láminas, pero de repente se me ocurrió que podía hacer un calendario con esas láminas porque creía que era un formato más guay, algo que no fuese solo decoración, sino que tuviera un uso aplicado. Porque un objeto artístico, la clase media-baja no la va a comprar, solo compramos lo que sea funcional. Así que el calendario te da la opción de mezclar algo útil con mis diseños. Y luego ya pensé lo de poner fechas graciosas. Empecé con las folclóricas, poniendo sus cumpleaños. Y poco a poco fui viendo que las efemérides iban ganándole casi el protagonismo de los diseños, porque son muy divertidas, y levantarte un día y ver el calendario y saber que hace diez años pasó cualquier cosa, pues como que a la gente eso le enganchaba mucho. También fui incluyendo códigos QR en algunas fechas para que te llevaran a vídeos de Youtube relacionados con esa fecha.

¿Cómo ha sido la evolución desde ese primer calendario hace seis años hasta lo que es ahora, que ya el lanzamiento del calendario de Orojondo se ha convertido en una efeméride en Madrid?

La verdad es que sí, la presentación del calendario ya se ha convertido en un evento icónico, salvando las distancias, tú me entiendes. En estos seis años han pasado muchas cosas. Por ejemplo, a nivel venta de ejemplares, el primer año vendería unos cuarenta y ahora, este año, espero vender mil. La difusión que hace la gente en redes sociales es genial, he tenido mucha ayuda. La gente lo compra, le gusta, lo comparte, y al final es como un virus que se va expandiendo y así voy contagiando a España de mamarrachismo.

¿Cómo eliges a tus chicas de calendario?

Elijo las que a mí me da la gana, el criterio es mi juicio propio. Licencia artística total. Sí que tienen que tener cosas como que, principalmente, que tengan carisma o que a mí me caigan bien. Ya no solo la persona que salga, sino el hecho que retrato. Por ejemplo, este año en el mes de febrero he sacado a Malú y a Albert Rivera. A mí Albert Rivera no me cae muy bien, pero el hecho de que esté con Malú es todo un acontecimiento, y tiene que estar en el calendario. Me baso en sucesos y personas que me gustan y les hago un pequeño homenaje.

¿Cuánto tiempo te lleva crear el calendario?

Mucho tiempo. Crear los doce diseños, por lo menos estoy dos meses, todos los días, al menos cinco horas. Y luego tengo que hacer la maquetación, las efemérides. Aunque muchas ahora me las pasan colaboradores con los que trabajo, pero también las hago yo. Y el trabajo de documentación de buscar todas las imágenes que luego uso para los collages. Al final es un trabajo de todo el año, porque siempre estoy con el chip puesto del calendario, y simplemente navegar por Instagram ya forma parte del proceso de trabajo. Y luego, una vez terminado, empieza la venta, la difusión, los envíos, el empaquetado… todo eso también lo hago yo. Me tiro todo el año pringao.

Pero luego te dará alguna satisfacción, ¿no?

Sí, claro. Luego todos los veranos con el dinero que me he sacado me hago un viajecito. Pero vamos, que todavía no soy millonaria. Todo esto es bisutería.

¿Alguna vez has tenido algún problema con los diseños que haces para tu calendario?

La verdad es que no. Algún comentario en Instagram de algún desubicado, sí. Pero, luego, la gente famosa que sale en mis diseños y los ha visto, en general les ha gustado. De hecho, Lola Flores no vive, pero sus hijas sí que han visto lo que he hecho con Lola Flores y les gusta. Lo que yo hago es con humor y con cariño, una reflexión sobre los iconos y los referentes con los que vivimos en nuestro día a día, pero para nada son un ataque.

¿Cuáles han sido para ti los personajes del 2019?

Malú y Albert Rivera, qué te voy a contar. También Bad Gyal y Omar Montes. Si hay que elegir a una sola persona esa es Bad Gyal. Yo siempre estoy escuchando música y me encanta la escena urbana a nivela nacional y para mí Bad Gyal es la artista del 2019 sin duda. Porque te podía decir Rosalía, pero para mí fue del 2018, este año ha sido ya demasiado. Y también te voy a decir Isa P, que menudo temazo se ha marcado.

¿Y cuál dirías que ha sido el salseo de 2019?

Luego yo no soy muy de salseos, ¿eh? Pero a ver, déjame que piense. A nivel político, el hecho de que VOX ganase en Murcia y luego todo el equipo dimitiese a las dos semanas porque tenían mucho trabajo.