Britney Spears apela por su libertad. La cantante romperá este miércoles su silencio ante el tribunal en el que lleva años luchando para arrebatarle a su padre su custodia legal. Asegura que ejerce un control excesivo sobre todos los aspectos de su vida. La princesa del Pop amenaza incluso con no volver a actuar hasta que se termine esta tutela.
Britney Spears está otra vez en el ojo del huracán. Poco queda de aquella adolescente anónima que saltó a la fama desde un programa de televisión infantil a convertirse en un icono del pop juvenil. Todo fue de la noche a la mañana con un rapidez infernal que impidió que la cantante digiriera aquel remolino de dinero, fans y un interés excesivo por parte de los medios.
Una carrera imparable y provocativa que no pudo gestionar y que en 2007 la llevaba a los infiernos. La cantante rapada, ingresaba en un centro de desintoxicación. Sus problemas de salud la llevaban a perder no solo la custodia de sus hijos, sino el control total de su vida.
Jamie Spears, el padre de la estrella se convirtió en su tutor legal en 2008 y así lleva 13 años, pero la cantante ha reconducido su vida, y quiere volver a llevar las riendas de sus ingresos, sus contratos, su salud.
Britney Spears intentó librarse de este yugo paterno en 2014, citando sus problemas con el alcohol y un control excesivo. The New York Times ha publicado una serie de informes judiciales inéditos horas antes de que la cantante intervenga en un juzgado de Los Ángeles que decidirá el futuro de esta polémica figura legal.
Según estos documentos, la cantante durante años ha denunciado que la tutela se había convertido "en una herramienta opresiva y controladora en su contra” y que sentía que el sistema tenía "demasiado, demasiado control".
Entre las informaciones inéditas publicadas por The New York Times, llama la atención que Britney Spears solo recibiera una paga semanal de 2.000 dólares cuando protagonizada un espectáculo fijo en Las Vegas que vendía millones en entradas. Su fortuna actual se estima en 60 millones de dólares.
El diario asegura que el control de su padre, Jamie Spears, es tal que incluso prohibió que renovara su cocina porque era demasiado cara.
Hace tiempo que sus fans piden el fin de la tutela. Hoy será Britney Spears a sus 38 años quien lo solicite oficialmente al juez. Por primera vez Britney alza la voz para pedir su libertad.
Totalmente convencidos de que la cantante también quiere estar libre de la vinculación legal, sus seguidores han lanzado el movimiento #FreeBritney, utilizando las redes sociales para crear conciencia sobre las discrepancias que rodean la tutela.
La cantante de "Toxic" sabe que no podrá recuperar su tutela completa por lo que al menos pedirá al Tribunal que pueda decidir qué persona podría hacerlo. Britney Spears propondrá a los jueces que sea Jodi Montomery, sobre todo en lo que respecta a las decisiones personales y laborales.
El deseo de la cantante es que aunque su patrimonio esté administrado por el Fondo Bessemer, Jodi Montgomery sería la responsable de velar por los intereses más personales, como las visitas de sus hijos.