El DJ y compositor sueco Tim Bergling, más conocido como Avicii que se quito la vida en abril de 2018 escribía en un diario sobre los demonios que combatía cada día antes de quitarse la vida en abril de 2018.
Las entradas de su diario privado se han incluido en Tim - La biografía oficial de Avicii, un libro escrito por Måns Mosesson y que saldrá a la venta el próximo mes. Este libro muestra cómo la estrella lidió su batalla con el abuso de sustancias.
Tim nació en 1989 en Estocolmo, Suecia. Con 16 años comenzó a publicar remixes de canciones en foros de música electrónica, con lo que consiguió su primer contrato discográfico.
El éxito no llegaría hasta 2011 con su sencillo Levels pero, desde entonces, no dejaría de triunfar. Sin embargo, en 2016 decidió alejarse de los escenarios, ya que estos empeoraban sus problemas.
Ya en 2012 Avicii tuvo que ingresar en el hospital por una pancreatitis aguda, causada por su adicción a los analgésicos y el consumo excesivo de alcohol.
Los médicos le advirtieron que tenía que mantenerse sobrio al menos seis meses y dejar la comida basura si no quería que su estómago se volviera a inflamar, lo que le llevaría a sufrir dolor crónico el resto de su vida.
“Esos días en el hospital fueron los más libres de ansiedad y estrés que puedo recordar en los últimos seis años, esas fueron mis verdaderas vacaciones, por muy deprimente que pueda sonar.” “El alivio de pasar de un dolor extremo a nada, sabiendo que nada de ti más que esperar y después recuperarte. Era un alivio completo teniendo en cuenta el insano ritmo de trabajo que llevaba hasta ese momento”.
Fue aquí cuando Tim comenzó a escribir sus diarios, explica el diario británico The Daily Mail. Escribió: “Me costó mucho aceptar que no podía beber nunca más. Todos los médicos insistieron en que esperar al menos un año antes de tomarme una cerveza”.
“Por supuesto, no escuché a la mayoría de los médicos, escuché al par que dijeron que estaba bien si tenía cuidado. Era ignorante e ingenuo y estaba de gira por el mundo, todavía en la gira que nunca acababa, porque una vez que lo has recorrido entero, ¿adivina qué? Empiezas otra vez.”, escribió.
En 2014 ya había sido hospitalizado tres veces y habían tenido que extirparle la vesícula biliar. Un año más tarde, y después de hacer adicto a los opioides, su familia decide ingresarle en un centro de rehabilitación, Ibiza Calm, que costaba 13.400 dólares a la semana.
En su diario escribió “Necesito que me expliquen de forma muy lógica y sencilla para que lo entienda de verdad su naturaleza y cómo me está dañando. Ay, dolor. ¿Por qué me duele ahora? Qué sensación de malestar…” “El Tim del futuro lidiará con el dolor. El Tim del futuro lidiará mejor con el dolor que el Tim del presente, porque ya hay demasiados dolores presentes que son más urgentes de tratar”.
En primavera de 2016 decidió que no volvería a actuar en vivo y en agosto fue su última actuación. En ese momento comenzó a meditar, pero en vez de hacerlo 20 minutos al día, como le sugirieron, podía pasarse horas.
En abril de 2018 se fue de viaje a Oman con un amigo. El 19 de abril, otro hombre que viajaba por allí y que había conocido a Avicii durante el viaje llamó a su padre para avisarle de que Tim estaba llorando, no hablaba ni comía. Poco después volvió a llamarle para decirle que se había quitado la vida.
Entre los últimos mensajes del artista había uno que decía: “¡El derramamiento del alma es el último apego, antes de que se reinicie!”