La hija de Benedicta Sánchez le pidió un día que le acompañase a un casting, buscaban a una mujer mayor de 60 años para interpretar a la madre de un pirómano en la próxima película de Oliver Laxe, Lo que arde. Benedicta comenzó a reír, para ella tener 60 años es ser una chiquilla, ella tiene 84 y ayer le comunicaron que es una de las nominadas a mejor actriz revelación en la próxima edición de los Goya.
Una mujer, que aunque supera los 80 años, tiene una vitalidad envidiable. Contenta por haber “sido útil” centra todo su alegría en el éxito de la película, y en el reconocimiento a su director, Oliver Laxe. “Me alegro de que lo que Oliver ha hecho salga adelante”, dice, sin olvidarse de todo el equipo que le ha acompañado en esta aventura, “Por ellos me alegro mucho, quisiera que fueran `el no va más´ aunque mi nombre fuese borrado”.
Admiración y respeto palpable para el que ha sido su director, tanto es así que deja su nominación en un segundo plano. Desconoce quiénes son el resto de las nominadas, dice que “no quiere rivales, que se lo ganen todo”, pero eso sí, “no así por Oliver”. Pero lo cierto es que de ganar la estatuilla sería la interprete más mayor que lo ha conseguido a lo largo de estas 34 ediciones, las otras tres nominadas son Pilar Gómez por Adiós, Ainhoa Santamaría por Mientras dure la guerra y Carmen Arrufat por La inocencia.
La noticia de la nominación llegó para Benedicta mediante una llamada telefónica, eran dos de los productores de la película, que grabaron la entrañable conversación con la actriz y posteriormente la compartieron vía Twitter.
Benedicta se define como una mujer “muy eléctrica”, todo lo contrario de lo que interpreta en la gran pantalla. En ella, es la madre de Amador (Amador Arias), un pirómano que acaba de salir de la cárcel por provocar un incendio. Tras cumplir condena regresa a su casa, en una aldea perdida entre las montañas lucenses, allí volverá a convivir con su madre, hasta que esa paz se ve alterada por un incendio que arrasa la zona.
El filme ha sido nominado a mejor película, mejor director y mejor dirección de fotografía, además de la nominación de Benedicta a mejor actriz revelación. Un largometraje rodado en gallego, admirado por la crítica y galardonado en distintos festivales. En la pasada edición del Festival de Cannes logró el premio del jurado, en el Mar de Plata los de mejor película y mejor guion. Y en los Premios Feroz, cinco nominaciones, incluyendo mejor director y mejor película.
Un terreno en el que Benedicta ha estado lejos de la incomodidad, desparpajo y naturalidad en el festival de Cannes, en el que tras varios minutos en el photocall se animó a bailar una muñeira delante de las cámaras. Cuenta que solo sintió vergüenza cuando le dijeron que todos sus vecinos debían de estar viéndola, “tierra trágame”, dice hoy que pensó. Unos vecinos que la felicitan con cariño por sus éxitos y que no dudan en acercarse a ella por la calle para expresar su alegría.
Su sueño no era ser actriz, no tenía experiencia previa en interpretación, durante su vida se ha dedicado a la fotografía, aunque dice que en el rodaje la han tratado “como una reina, mejor imposible”. Vegetariana desde el año 53, cuando tenía 17 años, creció en una España franquista en la que muchas veces, confiesa, se privó. No dudó en abrirse horizontes por el mundo, viajera empedernida que cuenta con cariño como ha recorrido y trabajado en muchos países. Una mujer adelantada a su tiempo, sin miedo por vivir “Prefiero morir andando que morir parada”, dice, y con una cita el próximo 25 de enero en Málaga, donde puede ganar la estatuilla a mejor actriz revelación.