El museo más visitado del mundo está en crisis. El Louvre recibe a más de 8 millones y medio de personas cada año (8,7 millones en 2024), de los cuales el 80% son extranjeros, y se ha convertido en un símbolo de su país, Francia.

No todo es tan bonito, pues su directora Laurence des Cars ha denunciado el mal estado de las instalaciones y ha pedido una renovación urgente. Emmanuel Macron ha respondido a esta necesidad prometiendo un "nuevo renacimiento del Louvre", una solución que aún falta por explicar.

Dentro del museo hay filtraciones de agua, ascensores fuera de servicio, falta de señalizaciones... un deterioro que Francia no se puede permitir. La directora ha calificado la experiencia como una "auténtica odisea física", debido a la masificación de gente y a la dificultad que hay para encontrar las obras. La Gioconda, de Leonardo da Vinci, cambiará de ubicación y tendrá una sala reservada para ella en un lugar de fácil acceso para todos los visitantes

Laureance des Cars ha alertado del estado crítico en el que se encuentra el museo. Las goteras no son cosa nueva, pues hace dos años ya provocaron la cancelación de una exposición por una inundación. También hay daños en los muros y una saturación que eleva la temperatura en su interior, afectando a la conservación de las obras.

Se estima que su necesaria modernización pudiera alcanzar los 500 millones de euros, todo un desafío para el gobierno francés que se encuentra en plena negociación de sus presupuestos.

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