Hasta siempre, David Lynch: el legado de un director que hizo cinéfila a toda una generación

“Con profundo pesar, nosotros, su familia, anunciamos el fallecimiento del hombre y artista David Lynch. Agradeceríamos un poco de privacidad en estos momentos. Hay un gran vacío en el mundo ahora que ya no está con nosotros”. Así ha anunciado la familia del mítico director su fallecimiento este 16 de enero de 2025. “Como él diría: ‘mantén la vista en el dónut y no en el agujero’. Hace un día precioso, con un sol dorado y cielos azules en todas partes”.

Si ha habido un director con una personalidad a prueba de críticos y público, ese sin lugar a dudas ha sido siempre David Lynch. Y consiguió demostrarlo desde el comienzo de su carrera hasta sus últimos días. Porque recordemos que, cuando saltó la pandemia del COVID-19, nos la amenizó dando partes meteorológicos cada día. Genio y figura.

Una filmografía propia

David Lynch debutó con la película ‘Cabeza borradora’ en 1977 y ya empezó a levantar unas cuantas cejas. Lo que hacía el director era algo más cercano al videoarte que al cine que se estaba haciendo en Hollywood en la década de los 70. Formando parte del selecto grupo llamado ‘Nuevo Hollywood’, junto a nombres de la talla de George Lucas, Francis Ford Coppola o Steven Spielberg, él se desmarcó rápidamente, siguiendo su propio camino. Un camino tortuoso y onírico que explotó durante toda su filmografía.

Pero su gran salto al estrellato, a los titulares y, sobre todo, al reconocimiento, fue gracias a ‘El hombre elefante’, con Anthony Hopkins de protagonista. Llamó tanto la atención que hasta George Lucas le pidió que dirigiera ‘El retorno del Jedi’, la última de su trilogía de Star Wars.

"Siempre admiré a George. George es un tipo que hace lo que ama. Y yo hago lo que amo. La diferencia es que lo que ama a George genera cientos de miles de millones de dólares,” explicó muchos años después. Aunque se debió quedar con la espina clavada, ya que tras rechazar al Imperio y a la Alianza Rebelde, dio el salto a Arrakis para su incomprendida ‘Dune’. Un sonoro fracaso que le alejó para siempre de los grandes estudios. Pero no todo fue negativo… porque conoció a Kyle Machlachlan. Junto a él hicieron esa obra maestra turbia, onírica y pesadillesca que es ‘Terciopelo azul’ (donde conoció a Laura Dern, otra de sus musas), y la gran serie de la historia de la televisión: ‘Twin Peaks’.

A principios de los 90, medio mundo se paralizó para responder a una pregunta: ¿quién mató a Laura Palmer? No solo triunfó en Estados Unidos, sino también en España, con especiales televisivos para descifrar todos los enigmas de la serie. Una ficción que sentó las bases para otras series que vendrían después como ‘Expediente X’ o ‘Perdidos’. Misterio, surrealismo, un poco de culebrón y una música legendaria que crearon una experiencia única, que el propio director recuperó casi tres décadas después con una tercera temporada increíblemente metafórica, pero que elevó a la serie a un estatus de culto inalcanzable.

Por el camino, dejó retazos de su genialidad, con películas como ‘Mulholland Drive’, ‘Una historia verdadera’ o su última gran obra maestra, ‘Mulholland Drive’, que prometía ser la nueva ‘Twin Peaks’ pero que al final tuvo que reducir su formato a serie al de largometraje. ‘Inland Empire’, con Laura Dern de protagonista, fue la última película de su filmografía. Surrealismo en estado puro que dejó clara la marcada personalidad de un director irrepetible.

La salud, su talón de Aquiles

El problema es que Lynch nunca se llevó bien con Hollywood. Nunca entendió bien el star system que le rodeaba, y poco a poco se fue complicando más y más sacar una película adelante. Pese a que el director confirmaba que no estaba retirado, los proyectos no llegaban (salvo esa tercera temporada de ‘Twin Peaks’ o algunos cortometrajes experimentales). Hasta que la salud se interpuso en su camino. “Sí, tengo un enfisema como consecuencia de fumar durante muchos años. Tengo que decir que he disfrutado mucho fumando y amo el tabaco -su olor, encender cigarrillos con fuego, fumarlos- pero hay un precio que tengo que pagar por este disfrute y el precio es un enfisema", explicó en un comunicado.

“Dejé de fumar hace dos años. Recientemente me he hecho muchas pruebas y las buenas noticias son que estoy en una forma excelente a excepción del enfisema. Estoy lleno de felicidad y nunca me voy a retirar. Quiero que todos sepáis que aprecio mucho vuestra preocupación”. Esta fue la despedida de Lynch, porque poco a poco, su salud se fue deteriorando hasta este fatídico final este 16 de enero. Atrás deja una carrera plagada de películas para reflexionar, para empujar las barreras del arte un poco más allá. E incluso un libro de meditación trascendental y autoayuda ‘Atrapa al pez dorado’.

En los últimos años se rumoreó mucho el regreso del artista al mundo del cine. Incluso la propia Laura Dern, una de sus amigas más íntimas, reveló que podríamos esperar quizá la historia más radical del cineasta. “Estamos muy en contacto. Él es parte de mi familia. Puede que haya disfrutado de un capuchino en su compañía. Y nunca deja de hacer arte. Él es una gran inspiración para mi vida”. Pero Lynch finalmente nunca pudo llevar a cabo su último gran proyecto, primero por el COVID y luego por los problemas respiratorios que marcaron sus últimos años de vida.

Así que, aunque siempre es buen momento para revisar la filmografía del aclamado director, ¿qué mejor momento que este? Desde ‘El Hombre elefante’ hasta ‘Mulholland Drive’, Lynch no tiene una filmografía muy extensa pero de las más diferentes de toda la industria. Y aunque solo tuvo cuatro nominaciones a los Oscar, gano dos Palmas de Oro en Cannes, y su nombre está marcado con letras de oro en la historia del cine. 

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