El fallecimiento de Eduardo Serrano Iglesias, El Güito, considerado como uno de los padres de la soleá, ha conmocionado al mundo del flamenco. Familiares y artistas se acercaron a dar un último adiós al bailaor en el tanatorio de El Escorial, pero la gran Sara Baras, de gira en Singapur, utilizó las redes sociales para despedirse de su “queridísimo maestro”.

“Hoy, desde Singapur, en este Teatro donde el arte se encuentra con el alma, volveré a bailar para el cielo. Lo haré con todo mi corazón para despedir a mi queridísimo maestro, Eduardo Serrano, El Güito.

Tuve el honor de bailar con él en muchas ocasiones, de aprender de su arte, de su elegancia y de su forma única de detener el tiempo en el baile.

Gracias, maestro, por todo lo que me diste, por tanto cariño, por cada paso compartido y por ser uno de mis grandes referentes.

Mando todo mi cariño a su familia, a sus seres queridos y a todos los flamencos, entre los que me incluyo, que hoy lloramos la pérdida de un grande.

Descansa en paz, maestro.”

El Güito (Madrid, 1942), Medalla de Oro a las Bellas Artes 2015, fue uno de los representantes del flamenco clásico en el que destacó por su colocación y su zapateado.

Durante sus sesenta y cinco años en el flamenco reconocía haber vivido épocas muy buenas. Una etapa que echaba de menos, llena de vivencias y viajes, rodeado de amigos y haciendo lo que más quería, bailar.

Se subió al escenario con cuatro años en una película, a los 14 comenzó su andadura profesional y a los 18 años ya era reconocido como bailarín revelación, según cuenta en el libro que escribió sobre él, José Manuel Gamboa, '¡La cabeza del flamenco!'.

Sara Baras se encuentra en Singapur representando ‘Vuela’, un espectáculo en homenaje al maestro de la guitarra Paco de Lucía, para celebrar el 25 aniversario de su propia compañía.

Este espectáculo está ideado "desde el respeto, el cariño y el amor" que compartían Paco de Lucía y Sara Baras. La bailaora, directora y coreógrafa se enfrenta con este montaje a la responsabilidad de rendir homenaje al genio de Algeciras, en una coreografía compuesta por 15 piezas únicas que giran en torno a una palabra.

El espectáculo se divide en cuatro actos. El primero, titulado 'Madera', recuerda la fuerza de las raíces; el segundo, bajo el nombre de 'Mar', invita a navegar en la pasión y ser como el agua; en tercer lugar, el título 'Muerte' es una forma de explorar las emociones humanas desde lo más profundo y, finalmente, 'Volar' se refiere a la única forma de huir sin correr, simplemente dejándose llevar por la celebración y la alegría, tal y como ha destacado la dirección del evento.

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