La cantante británica Adele se ha despedido este fin de semana de los escenarios en Las Vegas. La artista ha culminado su etapa profesional en la música con su concierto número 100 como residente de los viernes y los sábados en el Caesars Palace de Las Vegas.
Entre lágrimas y ante su público, entre los que estaba su novio y su hijo, la artista admitió estar emocionalmente agotada y que necesita un descanso. "Estoy muy triste de que esta residencia haya terminado, pero también muy contenta de que haya ocurrido, realmente lo estoy", le dijo a su público.
"Lo echaré de menos y os echaré muchísimo de menos. Pero no sé cuando querré volver a actuar". La cantante dedicó unas palabras a su prometido, Rich Paul, y a su hijo Angelo de 11 años, fruto de su matrimonio con su exmarido Simon Konecki.
En su discurso de despedida, la cantante no quiso olvidarse de una de sus grandes inspiraciones: Céline Dion. "Fue un momento de cierre del círculo para mí porque esa es la única razón por la que quería estar aquí. Lloré durante una semana entera después de verla. Es la razón por la que quise tocar en este teatro en particular. No quería solo una habitación donde estuvo Céline; quería estar en el espacio que fue construido para ella”, explicó Adele.
Una despedida, aunque no definitiva. Aseguró que volverá porque "Es lo único en lo que soy buena. Lo voy a extrañar muchísimo. No sé cuando volveré a actuar", concluyó.
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