El cantante Manolo García se adentra en la narrativa: "Tengo clavado el puñal de sentir los abusos a que se somete al pueblo"

Manolo García, uno de los iconos del rock en España, se adentra ahora en la narrativa con 'Títere con cabeza', un primer libro de relatos en el que se fija en las vidas de mindundis porque tiene clavado "el puñal de sentir los abusos a que se somete al pueblo", según ha explicado a la Agencia EFE.

La obra toma el título del cuento que abre el volumen, una historia protagonizada por un don nadie machacado por todas sus circunstancias, lo que es un tono general en todos los relatos que presenta García.

"Todos somos títeres, algunos con más cabeza que otros, unos con muy poca y unos pocos con bastante que ayudan a ir pasando la vida al resto de los humanos", comenta el que fuera mitad de El Último de la Fila.

Retiro pastoril final

Muchas de las historias de 'Títere con cabeza' (Aguilar) terminan con una retirada al campo, una especie de búsqueda del 'locus amoenus' que pasa por huir de la ciudad, algo que contrasta con lo "urbanita" del autor.

"He nacido en una gran ciudad como Barcelona y mis referentes del mundo son el rock and roll y los trabajos que yo he desempeñado desde los 13 años y medio, cuando empecé a trabajar, hasta los 30 que me jubilé y pude pasar a mis aficiones favoritas, que eran pintar y hacer música", se excusa García.

"En esos años aprendí mucho de las bondades y maldades de la vida moderna. Aprendí mucho de la esclavitud, de lo que es sentirse esclavo de un trabajo mal pagado, donde eres un pelele, eres un títere descabezado en una cadena de montaje, pero que no te queda otra porque has de pagar ese alquiler del piso abusivo y has de comprar tus alimentos a precios abusivos sabiendo que al campesino le llegará una magra parte y los intermediarios y el final de la cadena se llevarán el dinero a costa de sablear al consumidor", añade el músico.

Pese a que García se ve reflejado en personajes como el Pijoaparte de Juan Marsé y que tiene clavado "el puñal de sentir los abusos a que se somete al pueblo", sus referentes literarios son aquellos que le permiten abandonar esa sociedad industrial, por lo que enumera a autores como Faulkner, McCarthy, Dickinson, Baroja, Balzac, Dickens o Thoreau como sus lecturas favoritas.

Así, esta mezcla entre el caos urbano, el rock que impregna todas las historias y un retiro pastoril final explica a la perfección la cosmovisión del músico, a lo que se suma un estilo que entrelaza constantemente un vocabulario culto con expresiones pertenecen a la jerga.

"No acabé ni el bachillerato porque era mal estudiante y necesitaba con toda urgencia salir a la calle, pero luego me he ido procurando a mí mismo mis pequeños bálsamos para la vida, me he ido prescribiendo a mí mismo libros y cuadros, me he complacido y he visto que hay un mundo magnífico, enorme, no vano ni pedante" reflexiona al respecto García.

En cuanto a las diferencias entre la música y la literatura, para el artista la primera tiene "un magnífico corsé que te limita", mientras que la segunda goza de "esa libertad en la que puedes desbarrar lo que quieras, puedes hacer el ganso como quieras y nadie te pone trabas".

A la vez, el escritor recuerda el germen de todos estos relatos en las "ventis", un concepto que atribuye a los chicos del barrio de Poblenou que viene de "aventuras", y que no obedecía a otra cosa que la tradición oral.

"Es algo muy bonito porque es algo muy humano, esa necesidad de comunicarse y de compartir la emoción de algo que se agranda muchísimo y toma una gama de colores amplísima de la mano de la imaginación", sentencia Manolo García sobre las historias que cuenta en 'Títere con cabeza'. 

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