Estefanía Leyva pasó de ser jefa de comunicación política a empezar de cero en Perú. En su primer libro, '¡Qué fácil es todo y cuánto lo complicamos!', la periodista calificaba esa época previa a descubrir el país americano como "satisfactoria". Pero también confesaba que convivía con cierto "vacío" existencial. Fue por ello por lo que decidió frenar.

Fruto de ese silencio temporal, tuvo una revelación al ver una imagen de uno de los paisajes más bonitos del mundo: la montaña de los siete colores de Perú. Convencida de que debía viajar al país latinoamericano, en el año 2022, se fue sola hasta allí y lo recorrió durante cinco semanas. Pudo ver de cerca la cordillera de Los Andes, Cuzco -antigua capital del Imperio Inca-, el "mágico" lago Ticitaca , el Santuario histórico del Machu Piccu, la selva amazónica y, por supuesto, coronó la cima de la Montaña del Arcoíris, culpable directa de su salida de España.

Se sintió tan "en casa" que se quedó a vivir allí, en Urumbamba, y fue aquel viaje por las entrañas de Perú el que inspiró su último libro, '¿Quién no va a querer jugar?', del que nos habla en una entrevista en exclusiva.

Ella misma define así la trama: "El libro se desarrolla en diferentes localizaciones de Perú entre el 9 de noviembre y el 14 de diciembre de 2022. Emma, la protagonista, emprende un viaje en solitario al país andino tras la pandemia. Va allí solo con un billete de avión, pero sin itinerario previo. Lo que la llevará a vivir aventuras y experiencias maravillosas en lugares como Lima, Cuzco, el Valle Sagrado, Puno, Lago Titicaca, Abancay, Paracas o Iquitos, entre otros".

Como española que emigra, para Estefanía Leyva, "América del Sur es una auténtica joya": "Es el Jardín del Edén de este planeta. Un paraíso natural sin igual lleno de belleza y recursos naturales, lo tiene todo. Y estoy convencida de que los países de Latinoamérica están llamados a ser de los destinos más visitados del mundo en los próximos años", ha dicho, lamentando en cierto modo que en Occidente no se conozcan bien sus raíces.

"Creo que en España no se conoce lo suficiente ninguna de sus tradiciones. Ni la inca, ni la maya ni la azteca. Y lo cierto es que ahora que yo las estoy descubriendo desde aquí, no puedo dejar de recomendar el hacerlo puesto que en todas ellas hay parte de nuestra historia. Y, como decía, de nuestra esencia. De todos, sin excepción".

Además de su descubrimiento personal y su labor como escritora, esta periodista también trabaja en la la Fundación Niños del Arco Iris, una organización sin fines de lucro que ayuda a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad económica del Valle Sagrado:

"Aquí la realidad es dura. La gran mayoría de los niños llegan a la Fundación con desnutrición, anemia, parásitos y problemas bucodentales, además de psicológicos. Y el cambio que experimentan es sencillamente asombroso. Creo que lo que más me gusta de formar parte de la 'familia arcoíris' es que el programa integral de la Fundación abarca, no solo la educación, sino también la nutrición y la salud de los niños que está directamente relacionada con su bienestar. Eso y que aquí puedan ser niños. Y nada más que eso", ha dicho, además de invitar a todo el mundo a alojarse en el hotel 'Las Casitas del Arco Iris como parte de los fondos que consiguen para los menores desfavorecidos.

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