A finales de los 90 y comienzos de los 2000, el star system de Hollywood comenzó a cambiar con la llegada de nuevas estrellas, diferentes, carismáticas y muy guapas. En esa lista podemos encontrar a Josh Harnett, Devon Sawa o Heath Ledger. No incluimos a Leonardo DiCaprio porque ya llevaba una carrera de diez años por aquel entonces. Y, de todos ellos, el único que ha conseguido alcanzar el estatus de leyenda (además de un Premio Oscar) es el australiano Heath Ledger. Pero también llegó a ser un mito debido a su sorprendente muerte, poco después de terminar de rodar El caballero oscuro, bajo las órdenes de Christopher Nolan. En la película dio vida al Joker, y su interpretación fue tan descarnada, divertida y brutal que consiguió el Oscar póstumo a Mejor Actor Secundario. Merecido, porque robaba cada escena en la que aparecía. 

 Ledger ya se había convertido en un icono adolescente gracias a películas como 10 razones para odiarte, Las cuatro plumas, Destino de caballero o con su pequeño papel como hijo de Mel Gibson en El patriota.

Las colegialas de medio mundo forraban sus carpetas con su cara. Revistas adolescentes como SuperPop (todas la recordamos, ¿verdad?) hacía extensos reportajes sobre el actor. Todos conocíamos a Heath Ledger y la crítica le auguraba una carrera plagada de éxitos.

En la cima de su carrera, aunque su relación con la prensa no siempre fuera buena, protagonizó Brokeback Mountain. Un papel que, por cierto, ya habían rechazado grandes actores como el propio Leonardo DiCaprio o Brad Pitt. Gracias a la película de Ang Lee y al personaje de Enis del Mar, consiguió el pleno reconocimiento de la crítica y su primera nominación a los Oscar. Un hito en su carrera que llegó tras estrenar cuatro películas el mismo año. 

Pero el actor australiano, que mantenía una relación con Michelle Williams, arrastraba más problemas allá de su mala relación con la prensa. Porque según admitió tanto su mujer como muchas personas que le conocieron, tenía graves problemas de insomnio. "La semana pasada dormí una media de dos horas por noche", contó al New York Times el actor, hablando del rodaje de El caballero oscuro. "No podía parar de pensar. Mi cuerpo estaba exhausto y mi mente seguía funcionando". Esta dificultad para desconectar la mente y conciliar el sueño le hicieron depender de pastillas para poder descansar, lo que provocó una dependencia que finalmente acabaría con su vida en 2008.  

 Muchas teorías conspiranoicas atribuyeron su acercamiento al complicado personaje del Joker como motivo de su muerte y su supuesto descenso a la locura.

El actor estuvo varias semanas viviendo solo en un hotel, tiempo en el que redactó un diario sobre su experiencia como el villano de Batman, con recortes y frases de Sid Vicious o Alex DeLarge, protagonista de La naranja mecánica. Todo para prepararse para el personaje. Pero sus amigos iban más allá, como pudimos descubrir en el documental Too Young to die. En él, una de sus personas más cercanas avisaba de cómo funcionaba la cabeza del actor. "Heath siempre hablaba de las cosas que tenía que hacer porque sabía que no estaría aquí mucho tiempo". 

 Lo cierto es que, tras mucha investigación, la policía concluyó que la muerte de Heath Ledger había sido accidental, debido a la ingesta de una mezcla de fármacos demasiado potente. En su organismo se encontraron restos de oxicodona, hidrocodona, temazepam, alprazolam, diazepam y doxilamina. Una combinación imposible. Su muerte fue un completo shock, tanto para sus conocidos como para el mundo en general. Durante las pesquisas para explicar el trágico accidente, hasta se llegó a citar a Mary-Kate Olsen, afirmando que ella le había suministrado los fármacos que causaron el fallecimiento del actor, aunque más tarde quedó exonerada de toda culpa. Y la tragedia no acabó ahí. Porque ya sabemos que, en cuanto hay dinero de por medio, siempre hay problemas, y con el testamento de Heath Ledger los hubo, y muchos.  

 El padre del actor, Kim Ledger, aseguró que la prioridad absoluta era el bienestar económico de su nieta Matilda Rose y también el de su madre Michelle Williams, aunque ya estuvieran separados cuando murió Heath. Pero algunos otros parientes del intérprete recusaron el testamento, ya que este se firmó antes de que Ledger y Williams se conocieran. Hubo un segundo testamento, aunque sin firma, que dejaba casi toda la herencia a su hija. Así que la polémica se alargó durante meses, pero finalmente la familia Ledger accedió a legar la fortuna de 16.3 millones a Matilda Rose.  

Cuando llegó la noticia de la muerte de Heath Ledger, este se encontraba rodando a las órdenes de Terry Gilliam El imaginario del doctor Parnassus. Al faltar bastante del rodaje, sus amigos Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell retomaron su papel, como si fueran variantes diferentes del mismo personaje. Aunque la película fue un fracaso en taquilla, lo cierto es que fue uno de tantos homenajes que tuvo el actor australiano. El mismísimo Daniel Day-Lewis destacó la influencia que había tenido en él la interpretación de Ledger en Brokeback Mountain, y sus compañeros de El caballero oscuro pidieron una nominación a los Oscar para el intérprete, que no solo llegó, sino que además la ganó, siendo el segundo actor en la historia en ganar el premio de manera póstuma. 

 Y, aunque la causa oficial de la muerte sigue siendo esa intoxicación por fármacos, muchos siguen manteniendo que en realidad fue un suicido, debido a los problemas crónicos de insomnio y, sobre todo, su divorcio con Michelle Williams, ya que sus abogados le estaban llevando al límite. Aunque varias personas cercanas al actor afirmaban que estaba sumido en una depresión fuerte, miembros de su familia siempre han mantenido lo contrario. "Se empezó a decir que estaba deprimido y que estaba pagando un alto coste por su papel del Joker. Era justo lo contrario. Tenía un gran sentido del humor y supongo que solo su familia y amigos más cercanos lo sabíamos realmente. Lo cierto es que él lo estaba pasando bien. No estaba deprimido por el Joker", afirmaron sus hermanas. Pero, si hay una cosa cierta, es que Heath Ledger tenía una brillante carrera por delante y falleció demasiado pronto… convirtiéndole en un mito del cine. 

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