Las fiestas de San Fermín, celebradas cada año en Pamplona, del 6 al 14 de julio, son mundialmente conocidas sus encierros, pero también esconden una rica tradición musical que no hace más que enriquecer las celebraciones. Estas canciones no solo animan el cotarro, sino que también están impregnadas de historia y significado cultural. Estas son las canciones más icónicas de San Fermín y su trasfondo histórico.

Se trata de una canción cuyo nombre real es “Escalera de San Fermín”. Esta tonada es una de las más populares y se canta frecuentemente durante las fiestas. Su origen se remonta a principios del siglo XX y fue compuesta por Ignacio Baleztena, un ferviente animador de las festividades pamplonesas. Baleztena, además de ser un figura clave en la creación de la canción, también fue el inventor del "Riau-riau".

El "Riau-riau" o Vals de Astrain es una de las melodías más emblemáticas de las fiestas de San Fermín. Originalmente fue titulada como "La Alegría de San Fermín", y fue compuesta por Miguel Astrain, para después ser popularizada por Ignacio Baleztena en 1914 como un acto de protesta política. Los versos "Porque llegaron las fiestas / De esta gloriosa ciudad" se han convertido en un himno que celebra la llegada de estas señaladas fechas. Aunque se prohibió en los años 90 debido a altercados, ha sido recuperada en diversas ocasiones como un símbolo de la alegría y la unión de los pamploneses.

Este cántico es una de las partes fundamentales durante los encierros. Cada mañana, antes de que comiencen los encierros, los corredores se arrodillan frente a la imagen de San Fermín en la Cuesta de Santo Domingo y entonan esta oración. Es un momento de profunda solemnidad y devoción, donde se pide protección al santo para todos los participantes del encierro. La letra y la melodía de este cántico han pasado de generación en generación, convirtiéndose en una tradición indispensable.

El "Pobre de Mí" es la canción que marca el final de las fiestas de San Fermín. Se canta la noche del 14 de julio en la Plaza del Ayuntamiento, donde los asistentes, con velas en la mano, se despiden de las festividades hasta el próximo año. La canción expresa la melancolía y la tristeza por el fin de la fiesta con su conocido estribillo "Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas e San Fermín". Este acto es el contrapunto perfecto al explosivo inicio de las fiestas con el "Chupinazo".

La "Biribilketa de Gainza", compuesta por Manuel Gainza, es una marcha que se interpreta justo después del Chupinazo en el Ayuntamiento de Pamplona. Es una melodía sin letra que los pamploneses y visitantes reciben con gran entusiasmo, interpretada por la banda "La Pamplonesa" y los txistularis municipales. Posteriormente, los gaiteros interpretan el "Ánimo pues", una melodía igualmente significativa que prepara a todos para las celebraciones que están por venir.

Las canciones de San Fermín son mucho más que simples melodías; son la banda sonora de una de las fiestas más emblemáticas del mundo. Estas canciones encapsulan la historia, la cultura y el espíritu de Pamplona, uniendo a generaciones en la celebración y la devoción. Cada una de ellas tiene una historia única que refleja la rica herencia de las fiestas de San Fermín, haciendo que cada año, su canto y música se conviertan en protagonistas indiscutibles de estas señaladas fechas.