A comienzos de la década de los 90, el cine (y en concreto, Hollywood) recuperó por completo el star-system. Es decir, las estrellas que atraían a la gente a las salas. No hacía falta una enorme campaña de promoción si tenías en tu película a uno de esos intérpretes que, solo con aparecer en el póster, ya atraía a la gente en masa. Y, entre la multitud de nombres que había en esa lista de privilegiados, estaba Kevin Costner.
Aunque con el paso del tiempo el actor se arruinó un par de veces por culpa de decisiones artísticas cuestionables (además de un divorcio muy sonado de por medio), ahora estrena ‘Horizon, an american saga’, con la que pretende dar un puñetazo en la mesa y dejar claro que nadie como él entiende el género western. El actor ha producido la película con su propio dinero (por ahora lleva invertidos 38 millones de dólares), y afirma que lleva queriendo hacer esta película desde 1988.
Pero, ¿es el momento de estrenar un western tan descomunal (planea cuatro entregas) en pleno 2024? ¿Es realmente una apuesta sobre seguro o quizá el actor vuelve a riesgos anteriores que sepultaron su carrera durante años? Las previsiones no son nada buenas, y las críticas en Cannes fueron tibias como poco. Pese a todo, Costner quiere marcar su nombre en la historia del cine (como si no lo estuviera ya) y este 28 de junio ha estrenado la primera de sus cuatro partes. ¿Conseguirá triunfar con esta ballena blanca que lleva persiguió casi cuatro décadas? ¿O se estrellará como en otras ocasiones donde Hollywood le dio la espalda?
El legendario, a finales de los 80 y comienzos de los 90, se había ganado a pulso su estatus de estrella internacional. No solo era un actor respetado por la crítica, sino que el público lo adoraba (que se lo digan a Lolita, su amor platónico durante años). Sobre todo gracias a esa trilogía de películas casi seguidas que conformaron ‘Bailando con lobos’, ‘El guardaespaldas’ y ‘Robin Hood: príncipe de los ladrones’.
Obviamente, también tenemos que nombrar ‘Un mundo perfecto’, con Clint Eastwood como director, o la muy interesante ‘Wyatt Earp’. Costner dominaba todos los géneros, sobre todo gracias a esa mirada cansada pero profunda que hacía las delicias sobre todo de su público femenino. Pero había un género en el que le faltaba brillar, y ese era el de acción. Así que apostó por una película guionizada David Twohy (autor de ‘El fugitivo’ o ‘Velocidad terminal’), y dirigida por Kevin Reynolds, con el que ya había trabajado en otras tres ocasiones. Todos sabemos el resultado.
El presupuesto se fue por las nubes, sobre todo por culpa de un rodaje catastrófico en Hawaii, además de ser la gran parte de la producción en escenarios con agua. No solo eso, sino que la estrella y el director chocaron continuamente en su visión de la película. Y ya ni hablemos de las malas lenguas que afirmaban que, una de las razones por las que la producción se había descontrolado tanto, monetariamente hablando, era por la necesidad de cubrir la alopecia de Kevin Costner digitalmente. La película se estrelló en taquilla (comparado con el presupuesto que manejaba) y sentenció la carrera de Kevin Costner, dejándola en un limbo difícilmente comprensible. La gente no entendió ese ‘Mad Max’ acuático y, pese a que la película es entretenida y salvo algunos efectos digitales, ha envejecido muy bien, ya se tildó de ‘caída en desgracia’ casi desde su primer fin de semana de estreno. Y, tras este traspiés, llegó otro mucho más grande: ‘Mensajero del futuro’.
Dirigida esta vez por el propio Costner, nos presentó un Estados Unidos post-apocalíptico en el que el protagonista es… un cartero. Las tres horas de duración sepultaron las oportunidades de una película que camuflaba un drama de personajes difícil de digerir por el gran público. ¿El resultado? 30 millones de taquilla por 80 millones de presupuesto. Y abocó a Costner a bajarse de ese pedestal hollywoodiense y refugiarse en proyectos mucho más pequeños. Donde ha encontrado una nueva vida interpretativa. Ya no solo en el universo DC como el padre de Clark Kent (aunque en una de las escenas más sonrojantes de toda la saga de películas), sino en televisión con su célebre John Dutton, protagonista de la serie ‘Yellowstone’. Y es ahí donde, por fin, Costner ha recuperado parte del brillo que perdió por el camino, entre malas decisiones artísticas, un sonado divorcio con su primera mujer, que recibió 66 millones de euros, la mitad de la fortuna de la estrella por aquella época).
Ahora, tras su segundo divorcio, con su mujer Christine Baumgartner, busca reivindicarse con. Su ‘Horizon’, un proyecto de nuevo megalomaníaco que, o bien sepulta su carrera para siempre, o le da de nuevo ese empuje necesario que con tanto ahínco busca. Quién sabe, podría convertirse en un éxito tapado y postularse como una de las favoritas a los Oscar de 2025. Desde luego, sería un regreso por la puerta grande, de esos que tanto gustan en Hollywood. Una industria que, durante mucho tiempo, prefirió darle la espalda. Hasta que él decidió tomar las riendas de su carrera. Ya se lo avisó Kevin Reynolds cuando abandonó el rodaje de ‘Waterworld’: “Kevin ya puede trabajar con su director favorito y con su actor favorito”. Sí, él mismo.
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