Un ciclón llamado Aitana clausura ante miles de fans el Mallorca Live Festival
La artista desata la locura en la última jornada del festival
La veteranía bailable de Pet Shop Boys y el músculo rock de Arde Bogotá brillan con luz propia
Tras dos días de festival, llegábamos a la jornada final con artistas de la talla de Aitana, Arde Bogotá, Sleaford Mods o Pet Shop Boys, completando así tres intensos días que reunían a más de 65000 personas en el recinto de Calviá.
El gentío en los alrededores de la entrada dejaba ver que iba a ser sin duda el día de mayor concentración de asistentes, con Aitana como gran reclamo nacional en un momento álgido para una artista que ha sabido evolucionar, crecer en todos los sentidos y dar un golpe en la mesa con una propuesta musical en la que descubrirnos su lado más electrónico y salvaje.
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La de Barcelona agolpaba a un público muy joven pero también adulto, que recibía entre gritos a una cantante “escondida” entre su equipo de bailarines. Iba a tenerlo fácil con una entrega absoluta de sus fans, desde “2 extraños” pasando por “Berlín” y una majestuosa “Dararí”, todo a ritmo de un electro pop que bebe sin esconderse de la electrónica más noventera, y en eso Aitana ha acertado en tiempo y forma. Cortes como “En el coche” y “Tu foto del DNI” funcionan por sí solas. La artista tuvo tiempo para recordar que no venía desde hacía tres años, haciendo guiños a “una isla completamente increíble” en la que pensaba quedarse unos días, declaración recibida entre aplausos.
En “=(Igual) se quedaba a cantar sola y en “Mon amour” el recinto se volcaba con la joven con un griterío provocado al ver en pantalla los recortes que salieron en prensa por su nueva “sensualidad” sobre el escenario. Ella ha sabido responder con una energía musical que despacha como quiere, desde la frescura de “24 rosas” o temas como “Mi amor”. Pero la gran sorpresa llegaba con “Hermosa casualidad” para el que salía a escena Sen Senra entre el alboroto del público, un tándem victorioso en una recta final que iba a llevar la explosión de sus fans en “Akureiri”, el tema lanzado junto a Sebastian Yatra, cerrando a lo grande con “Las babys” y “Formentera”, aquí convertido en Mallorca.
Aitana terminaba como empezó, entre vítores para una diva que conseguía salir por la puerta grande en Mallorca.
El contraste llegaría de golpe en el escenario paralelo con el post-punk de Sleaford Mods mientras que veíamos gente cogiendo sitio para otro plato fuerte de la noche, Pet Shop Boys. Neil Tennant y un Chris Lowe convertido por momentos en una especie de Bizarrap, nos traían todo un legado de clásicos y una producción teatral particular, con la pantalla proyectando la bandera de Ucrania antes de iniciar su actuación, esa en la que hacían sonar dos clásicos como “Suburbia” y “Can you forgive her” con ambos ataviados con máscaras a la luz de dos farolas, para dejarnos llevar ante su fiesta synthpop. El dúo sigue manejándose como pocos gracias a un repertorio que brilla en canciones de la envergadura de “Rent” y, por supuesto, ese combo versionado que es “Where the streets have no name” y “Can’t take my eyes”, junto al gran clímax de “Dreamland”.
Sin prácticamente hablar con su público, conseguían metérselo en el bolsillo con bases y aderezos house, manejados con soltura en “Loneliness”, llevándonos por los caminos de ritmo nostálgico de su infalible y mítico “Go west”, mientras que “It’s a sin” servía como todo un remember de un concierto en el que de nuevo veíamos lo que es este festival, una coctelera de público de diversas generaciones que vibraban unidos en su excelso final en “West end girls” en el que Neil presentaba a sus músicos.
Llegábamos casi sin darnos cuenta a la madrugada en la que Zahara y Martí Perarnau salían al escenario Endesa con su proyecto musical _juno, donde la electrónica seguía siendo la protagonista. Su particular mezcla de sonidos de club y aderezos pop funcionan de forma única, una pareja musical que disfruta mucho sobre el escenario gracias a esa pasión que ambos sienten por la electrónica. Respiraba mucha magia su “_Casamurada”, pasando por lo sentimental de “_A dos metros bajo tierra” con Martí y Zahara de blanco perfectamente compenetrados, regalándonos esa versión especial a su modo del “So payaso” de Extremoduro ante el júbilo de los presentes.
“_bcn626” o la explosividad de “_Anikillación” daban cuenta de la personalidad y capacidad de variación musical en torno a sus canciones, un proyecto que sin duda tiene su razón de ser en su potente directo que se mueve entre el baile alocado y la pasión vocal en sus temas.
Y así llegábamos al turno final de Arde Bogotá, al menos para quien escribe estas líneas. Los de Cartagena no necesitan ya de presentaciones al haberse convertido en toda una revolución del rock patrio, porque viendo su directo no hay titubeos que valgan, lo que hacen es rock y del bueno, con unas letras y una personalidad adictivas, y una solidez musical que deja ver a una banda que no ha hecho más que crecer en todos los sentidos en estos dos años.
Antonio y compañía han engrasado las piezas para mostrar una gran contundencia, esa que era todo un sopapo en la cara en una inicial “Clávame tus palabras”, con un sonido de lo más poderoso y Antonio convertido en un torbellino desatado. Sus canciones ya son hits y así daba cuenta un público que volvía a abarrotar el escenario principal para saberse temas como “Cariño” y el impecable “Qué vida tan dura”, todo un referente de su reducida discografía. La banda demostraba estar híper conectada, pidiendo también perdón haber salido con retraso, pero del que pronto nos olvidamos al ritmo de “Exoplaneta” otro pepino musical junto a la rocosa “Cowboys de la A3” y la intensidad de “Antiaéreo”, ante la que únicamente cabe rendirse.
De lado a lado, con Antonio en plan estelar y un sonido musculado, la banda sabe crear momentos íntimos de indudable profundidad como “La salvación”, una de las mejores canciones del rock de los últimos años. Y así, tratando de salvarme del sueño a falta de 5 horas para desplazarme al aeropuerto, despedía un Mallorca Live Festival que ha vuelto a destacar por contar con un cartel diverso, con mucha electrónica, indie, rock y propuestas mucha de ellas conocidas y otras que han servido para que parte de sus asistentes pudieran descubrir otros talentos.
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