Miguel Ríos demostró el sábado que la edad es sólo una ilusión en forma de cifra y que se puede cumplir 80 años dándolo todo sobre un escenario. El músico llenó la Plaza de Toros de su ciudad natal y recibió sobre el escenario el cariño de otros compañeros rockeros ante un público entregado.
Como no podía ser de otro modo, Miguel Ríos arrancó la fiesta haciendo sonar los primeros acordes de "Bienvenidos" y después, como era lógico, "Vuelvo a Granada".
Parecía que el concierto estaba pensado para contar la historia de la música granadina. Junto a las canciones se proyectaron piezas de un documental sobre él, porque no todos los días se cumplen 80 años con esa vitalidad inagotable.
Sobre la una de la madrugada, el artista se despidió, tras más de tres horas de recital en directo, convertido en fiesta de cumpleaños y poniendo punto final a un espectáculo épico.
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