La idea le rondaba, pero tomó la decisión de repente. Dejó de torear porque así lo sintió. Tres años han pasado desde entonces. "No pensaba volver", nos confiesa Enrique Ponce, pero "me tentaron y tenían razón, no podía irme así". Agradecido a su familia, a los que "no les ha hecho mucha gracia, pero me apoyan y es muy importante para mí". No en vano, es volver a jugarse la vida.
"Mentalizarse es lo que más me ha costado, porque físicamente me encuentro bien", explica. Vuelve preparado e ilusionado para rubricar, poner la guinda, a sus más de tres décadas de carrera en los ruedos. Y lo ha hecho en un coso mítico, el anfiteatro romano, hoy plaza de toros, de Nimes, en Francia, que dirige el empresario Simón Casas.
"El toreo es un arte y me siento lleno de ello para hacerlo". Y seguir, por qué no, engrandeciendo la historia ya escrita del que más toros ha indultado. "No sé cómo me recordarán", reconoce con humildad. "Que no se olviden pronto de mí", sentencia.
Y difícil será olvidarse de su estilo, su elegancia, su toreo lento. "Dejaré de torear pero siempre me sentiré torero y moriré torero". Retorna para una veintena de festejos, lejos de los más de 100 que tuvo cada año en su momento cumbre y por el que siempre será figura del toreo.
En la entrevista que nos ha concedido para hablar de su vuelta a los ruedos, nos ha hablado también del futuro del mundo taurino. "Lo veo positivo, pese a todo lo que dicen. Hay una gente joven con afición que va a los toros sin complejos. Es importante, pese a los ataques, sobre todo políticos, que son muy duros contra la libertad".
Y manda un mensaje al ministro de Cultura, Ernest Urtasun: "Siempre ha habido antitaurinos. Pero hay una cosa que es fundamental que es el respeto y la libertad".
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.